La construcción de estos dos embalses está contemplada en el Plan General de Defensa frente a Inundaciones del Alto Guadalentín que elaboró la Confederación Hidrográfica del Segura tras la riada de San Wenceslado, ocurrida hace poco más de un año, cuando se registró uno de los episodios de lluvias torrenciales más grave que se recuerda, con cinco víctimas mortales y cuantiosos daños en infraestructuras y agricultura.

   Durante este suceso se puso en evidencia la necesidad de incrementar la capacidad de regulación, a pesar de que las infraestructuras de defensa resultaron vitales para frenar el impacto de las aguas, en especial las presas de Puentes y Valdeinfierno (que protegieron la ciudad de Lorca) y la derivación de El Paretón (Totana), que redujo significativamente los caudales que llegaron a las ciudades de Murcia y Orihuela (Alicante).

   Por este motivo, además de la construcción de estos dos embalses, el organismo de cuenca también tiene en marcha los estudios previos para poder poner ejecutar otras cinco obras de regulación en la cuenca del Guadalentín. Se trata de las presas de Nogalte (cuyo estudio geotécnico ya está licitado), Lébor (Totana), Estrecho, Puntarrón y Las Moreras (Mazarrón).

   Además, la Confederación Hidrográfica del Segura ha iniciado los trabajos del deslinde de la rambla de Biznaga, un cauce fundamental para la evacuación de pluviales en el campo de Lorca y evitar la retención de agua que se produjo tras las lluvias del año pasado.

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