EFE.- Los hechos han tenido lugar el pasado jueves 31 de octubre durante un servicio de vigilancia de carreteras y control de vehículos en el kilómetro 234 de la autovía A-5, sentido Madrid, dentro del término municipal de la localidad cacereña de Torrecilla de la Tiesa.

   Cuando los agentes se disponían a identificar a los ocupantes de la furgoneta, éstos abandonaron el vehículo y emprendieron la huida campo a través.

   La furgoneta se encontraba en marcha con el bombín de arranque forzado y con multitud de cajas de botellas de cristal de aceite de oliva, así como cuatro garrafas de gasoil y dos radiales.

   Los agentes comprobaron que la furgoneta había sido sustraída esa misma noche en Miajadas.

   En cuanto al origen de la mercancía transportada, el titular de la empresa de Castuera que figuraba como envasadora en las etiquetas de las botellas de aceite desconocía haber sido víctima de un robo, lo que confirmó tras la llamada de la Guardia Civil.

   Por ello, presentó la correspondiente denuncia, en la que destacó la violencia empleada por los asaltantes, que produjeron cuantiosos daños.

   En cuanto a los fugitivos, el dispositivo de búsqueda y localización establecido durante la mañana del día 31 no dio sus frutos y fue imposible identificarlos.

   Las Guardia Civil baraja la posibilidad de que se trate de una organización delictiva perfectamente estructurada, dedicada al robo con fuerza en las cosas en todo el territorio nacional, con base de operaciones en Madrid.

   Incluso, por el modo de proceder, la Guardia Civil está convencida de que en este robo han actuado más de dos personas.

   Los 100 litros de gasoil que se encontraban en el interior de la furgoneta y que no pertenecían a las víctimas del robo hacen presumir a los investigadores que eran utilizados para repostar en el camino, para evitar así tener que hacerlo en estaciones de servicios que pudieran filmarles y facilitar su identificación.

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