En este sentido, el MInisterio, según informa en una nota, resalta que el agua en la demarcación del Ebro "es un factor limitante del desarrollo, por lo que resulta económica y ambientalmente insostenible el garantizar unos caudales en el Delta desproporcionados para la realidad física del Ebro. Dedicar más de 7.000 hm3 al caudal ecológico del Delta en un año seco implicaría poner en riesgo el suministro de agua a los usuarios de abastecimiento y regadío de la práctica totalidad de la demarcación hidrográfica".

   Por ello. el plan hidrológico actual propone un régimen de caudal ecológico en Tortosa de 3.009 hm3/año lo que supone 3.370 hm3/año en desembocadura, es decir, 220 hm3/año más que el anterior plan hidrológico.

    Asimismo,  recuerda que "los caudales mínimos establecidos, sobre todos los de estiaje, son muy superiores a los registrados históricamente, gracias en buena medida al embalse de Mequinenza, ya que sin la existencia del embalse los caudales que circularían en el tramo final del río serían cinco veces inferiores a los contemplados en la propuesta del Plan".

    El MAGRAMA también ha explicado que el caudal en esta zona tiene el objetivo de garantizar un régimen mínimo para el tramo final del río y para las aguas de transición del estuario del Ebro que, entre otras cuestiones, además de garantizar la vida piscícola, controle la penetración de la cuña salina evitando indeseadas situaciones de anoxia en el canal del estuario.

   Además, ha aclarado que el régimen de aportaciones al delta propiamente dicho está, desde hace muchos años, regulado por las aportaciones de los canales de la derecha e izquierda del delta, y depende de las condiciones de inundación para los arrozales, es decir no depende de los caudales líquidos circulantes por el río.

    El Ministerio, por último, ha explicado que los caudales fijados en el plan hidrológico abordado "satisfacen todas las exigencias establecidas en la normativa de planificación".

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