Cristóbal Cano Martín / Secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA)
Existe una gran preocupación en todo el sector agrario por la competencia desleal que pueden provocar las importaciones de terceros países, y el olivar como gran sector español por excelencia no se queda fuera de la misma. Vaya por delante nuestra total sintonía con ello y así lo demostramos en los despachos y en la calle.
Dicho esto, por desgracia este asunto es utilizado constantemente por los “manipuladores de cifras” del sector para generar miedo y provocar bajadas injustificadas del precio que recibimos los olivareros por un producto de excelentes calidades y cualidades.
El sector productor tiene que contrarrestar esta estrategia con inteligencia y no ayudar a esos “manipuladores de cifras” generando más barro.
Unos años es el aceite de Portugal, otras veces son los “barcos con aceite de Marruecos” pero el país que más se utiliza para hundir los precios de los olivareros es Túnez. El contingente que este país dispone para exportar aceite a toda la UE sin aranceles es de 56.700 toneladas y es muy triste que incluso determinados actores del sector productor identifiquen este volumen como uno de los principales problemas o causas del hundimiento de precios en origen del aceite de oliva español.
El año pasado España comercializó 1.520.000 toneladas. Es decir, incluso suponiendo que el total de esas 56.700 toneladas tunecinas entrasen todas en el mercado español (recordemos que es para toda la UE), supondría la comercialización de trece días en toda la campaña o mas fácil aún para su comprensión: hablamos del 3,73% del total del aceite de oliva comercializado por España. ¿Esos trece días condicionan el precio del resto del año, tanto supone un 3,73% del total de aceite vendido? Supongo que la pregunta se responde sola.
Nuestro problema es no hacer nada antes quienes declaran sin rubor que un precio en origen de 5 euros supone la desaparición del sector en Jaén o quienes desde puestos de responsabilidad en la gestión de ventas de grupos de cooperativas y almazaras que el precio del aceite de oliva en origen “razonable” para la esta próxima campaña debería estar entre 3,5 y 4 euros.
El consumidor nos ha enseñado que nuestro producto es tan bueno que está dispuesto a pagar precios rentables para el olivarero tradicional, ¿tan difícil es entender esto por las entidades que comercializan el aceite de oliva producido por los olivareros?
No es necesario que el producto se vuelva un artículo de lujo, pero entre esta situación y repartir ruina entre los olivareros tradicionales hay situaciones intermedias. Muchas cooperativas y almazaras están decididas a dar la batalla, pero necesitamos que los “grandes” salgan de la rutina de vender volumen y aumentar facturación a finales de año como únicos objetivos.
El aumento de facturación debe ir acompañado de una mejora de la rentabilidad de un olivar tradicional que, por unas cosas o por otras, no es capaz de sacar la cabeza del agujero. Y esto no es culpa de las importaciones de Túnez, los verdaderos culpables los tenemos mucho mas cerca.
Pongamos esfuerzo y pidamos responsabilidades a nuestros consejos rectores de cooperativas implicándonos todos en la comercialización del aceite de oliva español y no busquemos siempre los culpables fuera.
Tampoco echemos la culpa a los diferentes gobiernos o administraciones que sea cual sea el partido, están de paso y los problemas los tendremos nosotros como productores como los venimos teniendo de toda la vida.
Ningún gobierno nos va a poner el precio a nuestro aceite, ni los que estuvieron antes, ni los que están ahora, ni los que vengan, por tanto en nuestras manos está.
