Más 6.000 personas han gritado alto y claro en una manifestación unitaria en Jaca/Chaca bajo el lema de “Vivimos en el Pirineo, decidimos aquí” para decidir su futuro, «ya que es necesario apostar por otro modelo de desarrollo en el territorio muy diferente al actual». La marcha se ha desarrollado bajo una intensa lluvia y ha superado la histórica “manifestación de los paraguas” del 9 de enero de 1999 en la que alrededor de 5.000 personas clamaron contra el recrecimiento de Yesa.
En la protesta de este sábado 25 se ha exigido el descarte definitivo del recrecimiento de Yesa por ser una obra insegura con un sobrecoste del 400% que acumula décadas de retrasos, la paralización completa del Plan Pirineos por no adecuarse a las necesidades reales de la mayoría social y un cambio radical en el modelo energético, a través del fin de las macroplantas solares impuestas y de los almacenes de baterías de litio de Samitier y del Valle de Benasque/Val de Benás.
Para los convocantes, la reciente consulta sobre Oroel Park promovida por el Ayuntamiento de Jaca/Chaca «en la que un 74% ha votado “no” abre el camino a un nuevo modelo de desarrollo acorde con las necesidades de la población pirenaica a través de la participación directa». Desde el Movimiento Por la Dignidad de la Montaña apelan al Gobierno de Aragón, a las comarcas y los ayuntamientos del Pirineo y del Prepirineo a que «organicen consultas democráticas, transparentes y limpias para poder decidir sobre los proyectos que afectan a la vida de las personas que vivimos en el territorio».
Igualmente se han manifestado por parte de diversos colectivos, pueblos y organizaciones las diferentes problemáticas recogidas en más de 60 asambleas realizadas por el Movimiento entre julio y octubre bajo el paraguas de “Vivimos en el Pirineo, decidimos aquí”. Estas demandas se resumen en el documento de reivindicaciones organizado en cuatro pilares: “El Pirineo no se vende”, “vivienda digna”, “trabajo digno” y “servicios” (sanidad, educación, comunicaciones, extinción de incendios y cultura propia). Todas estas cuestiones son necesidades reales de la población en las que no se invierten suficientes recursos desde las administraciones, mientras se observa un gasto público desmesurado en el Plan Pirineos o en el recrecimiento de Yesa, entre otros proyectos impopulares.
