La consejera de Alimentación Desarrollo Rural, Agricultura y Pesca del Gobierno vasco, Amaia Barredo, estima que «al igual que Euskadi es referente internacional en alimentación y gastronomía lo ha de ser también en la concienciación sobre la pérdida y el desperdicio de alimentos en todas las facetas de nuestra sociedad».

Coincidiendo con la celebración el lunes 29 de septiembre del Día Internacional de la Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos establecido por la ONU, la consejera Barredo ha realizado un llamamiento para «evitar que los alimentos se desperdicien ya que constituyen un bien escaso y más en aquellos países con grandes índices de pobreza».

El desperdicio alimentario en Euskadi supone la pérdida de 115 kilogramos de comida por persona y año con un total de 244 mil toneladas destacando los hogares que desperdician un 57% y el comercio un 26%. En la Unión Europea cada año se desperdician más de 59 millones de toneladas de alimentos, lo que supone 132 kg por persona. Gracias a las campañas del Gobierno Vasco los comedores públicos, colegios y comedores de empresas están reduciendo esa pérdida de alimentos

El pasado 30 de mayo se inició la campaña contra el desperdicio de alimentos en comedores colectivos de Euskadi. La consejera Amaia Barredo y la directora de Elika Arantza Madariaga presentaron los materiales divulgativos distribuidos en los diferentes comedores colectivos.

Con el lema es «La Comida No Se Tira», durante el presente año 2025, el sector de los Comedores Colectivos de Euskadi (escolares, institucionales, de hospitales, residencias, empresa, etc.)  inciden en la necesidad de la toma de conciencia que redunde en la reducción de las pérdidas y el desperdicio de alimentos. Esta campaña apela tanto al colectivo de personas trabajadoras de las empresas involucradas como al colectivo de usuarios de los comedores.

Por otra parte, en este segundo semestre del año se trabaja con los sectores implicados las medidas que puedan incluirse en sus procesos para prevenir y reducir el excedente alimentario que ahora mismo acaba siendo descartado.

«El planeta produce suficientes alimentos para dar de comer a toda la población y, aun así, millones de personas padecen hambre y malnutrición. La pérdida y el desperdicio de alimentos agravan este problema al reducir la cantidad de alimentos disponibles para el consumo, contribuyendo así a la inseguridad alimentaria. Muchos de los alimentos más nutritivos, como los productos frescos, los productos de la pesca y los productos de origen animal son muy perecederos y sufren niveles elevados de pérdida» recuerda Amaia Barredo.

«Con dietas más saludables y sostenibles, comprando solo lo que se necesita, no desdeñando frutas y hortalizas feas pero buenas, guardando alimentos con sensatez, leyendo bien los etiquetados, valorad

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