La nueva reducción prevista de aforo de la producción citrícola -un 8% menos en la Comunitat Valenciana y un 10% menos en España respecto a la campaña anterior- genera las primeras reacciones en las filas del sector citrícola. La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) pide a las administraciones «un Plan Marshall, dotado con un presupuesto potente, para reimpulsar nuestra citricultura, a través de medidas de apoyo dirigidas a optimizar la reestructuración de las explotaciones, facilitar la reconversión varietal, acabar con la ‘pinyolà‘, recuperar campos abandonados y otras iniciativas complementarias como la mejora del seguro agrario, la autorización de más materias activas fitosanitarias, el control de la fauna salvaje o la lucha contra los robos».

El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, reactiva así algunas de las principales reivindicaciones de la organización agraria: «Este año volveremos a tener menos cosecha, sobre todo por las granizadas y la anomalía climática de esta primavera y verano, pero se trata de una preocupante tendencia a la baja que se arrastra desde hace más tiempo a causa de la elevada edad de las plantaciones, el mejorable mapa varietal, el minifundio o el abandono de campos, entre otros factores. Por eso es necesario destinar un presupuesto suficiente, en forma de un Plan Marshall, para afrontar estos desafíos pendientes que, bien abordados, afianzarían nuestro liderazgo a largo plazo en el mercado europeo».

Aguado prevé «una rentabilidad digna para aquellos citricultores que tengan una producción aceptable, ya que la oferta de naranjas y mandarinas será de calidad y ajustada a la demanda europea». No en vano, según constata la Lonja de Cítricos de Valencia, las compras se adelantaron varias semanas y los precios en origen se mantienen similares o incluso con alzas interanuales de hasta el 25% como ocurre con la variedad Clemenules, que sufre especial escasez a causa del pedrisco en el sur de Castellón y la mitad norte de Valencia. Sin embargo, «los altos costes de producción, sobre todo en riego y control de plagas, y las mermas de cosecha provocarán que muchos agricultores pierdan dinero».

La Conselleria de Agricultura informa de un aforo de 2.509.950 toneladas para la campaña citrícola 2025/26. Representa un descenso de 217.126 toneladas de cítricos menos que en la campaña precedente (-8,0%) y un 13% inferior a hace dos temporadas, un 17,9% inferior al promedio de las últimas cinco y un 23,2% inferior al promedio de las últimas diez.

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