A primeros de año, desde el sector agrícola español insistía en dar la voz de alarma ante la llegada masiva de productos hortofrutícolas procedentes de Egipto, al considerarlo como una gran amenaza para el sector nacional y llegar a exigir que se les aplique la cláusula de salvaguardia. Ahora, la muerte de 18 jornaleras -en su mayoría adolescentes- en un accidente de tráfico en Egipto es un síntoma más de la precariedad laboral del sector agrícola del ese país, del que proceden buena parte de las frutas y verduras que llegan a los mercados europeos tras ser recolectadas en su mayoría por mujeres y niñas pobres.
El siniestro ocurrió el pasado 27 de junio en la provincia de Menufiya, al norte de El Cairo, cuando una furgoneta sin las más mínimas condiciones de seguridad volcó mientras trasladaba a un grupo de trabajadoras a un viñedo. El conductor y las 18 jornaleras murieron en el acto.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), una de las chicas tenía 13 años. Otra, 33. Las demás estaban entre los 15 y los 18. Todas trabajaban 12 horas al día por solo 130 libras egipcias -unos tres euros-, sin contrato, sin descansos y sin protección», relató a Efeagro la abogada laboralista Rahma Arafat, del Centro de Servicios Sindicales y de Trabajadores (CTUWS).
UNA BUEN PARTE DE LOS QUE COSECHAN ESTAS ADOLESCENTES SE EXPORTAN A EUROPA
Buena parte de las frutas y hortalizas que cosechan estas adolescentes, como uvas, naranjas, cebollas o fresas, se exportan a Europa.
La Unión Europea revisa y certifica la cadena de suministro de los alimentos que importa con normas como la IFS (International Featured Standards), sin embargo, «el trabajo en el campo lo hacen niñas y mujeres pobres, desde el amanecer, sin acceso a baños, agua potable o transporte seguro», denunció la abogada.
Aunque la ley prohíbe el trabajo infantil por debajo de los 15 años, permite que los menores de entre 15 y 18 trabajen bajo ciertas condiciones.
Sin embargo, esas condiciones no se cumplen en la práctica, ya que «el problema no es la ley, es que nadie la hace cumplir», apuntó Arafat, «especialmente con los trabajadores sin contrato».
Un informe del Banco Mundial en 2023 reveló que los empleados informales representan el 62,5 por ciento de la fuerza laboral de Egipto, mientras que más del 90 por ciento de los jóvenes egipcios que trabajan lo hacen sin contrato.
En una carta al primer ministro del país árabe, Mostafa Madbouli, el CTUWS acusó a los ministerios de Trabajo y Transporte de Egipto de «negligencia» por la tragedia de Menufiya, al «desinteresarse por completo» de las condiciones en las que se transporta a los trabajadores a las granjas.
En la mayoría de los casos, los jóvenes entran en contacto con estas empresas agrícolas a través de intermediarios, que reciben una comisión «abusiva» y se encargan de proporcionarles el transporte, explicó a EFE el antropólogo rural Saker El Nour.
(Texto: Pablo de Aguinaco / Efeagro)
