Ante la grave ola de incendios que está asolando nuestro país y tras las múltiples declaraciones públicas realizadas por algunos responsables políticos, desde ASAJA Cádiz han manifestado, en primer término, “su más profundo apoyo a todas las personas afectadas y reconocer la entrega y valentía de los profesionales y voluntarios que, con medios muchas veces insuficientes, combaten el fuego en primera línea”, pero también han denunciado «el abandono de montes y la ineficacia administrativa como principales causas de estos incendios forestales».
Desde la asociación agroganadera sostienen que “la tragedia que vivimos estos días no puede analizarse únicamente desde el prisma del cambio climático ni de la ola de calorextrema sufrida en este mes de agosto, como algunos de nuestros principales dirigentes políticos están haciendo”.
Es evidente que estas condiciones meteorológicas “actúan como factores que propician la propagación del fuego” y dificultan enormemente su control”. Pero “no son la causa principal. El auténtico origen y problema está en el estado de nuestras masas forestales y montes, públicos y privados, convertidos en auténticos polvorines por la falta de limpieza, mantenimiento y gestión activa”.
“EN EL CASO DE LOS MONTES PÚBLICOS, EL ABANDONO ES CLAMOROSO; EN LOS PRIVADOS, ES LA EXCESIVA BUROCRACIA, LA FALTA DE MEDIOS, LAS TRABAS Y EXCESIVAS LIMITACIONES”
En el caso de los montes públicos, cuya gestión es competencia exclusiva de la Administración, “el abandono es clamoroso. No se destinan recursos suficientes para su cuidado ni se realizan las labores de limpieza necesarias”. Basta con recorrer algunos de los principales enclaves forestales para constatar “que el riesgo no reside en la meteorología, sino en la acumulación de material combustible”.
En el caso de los montes privados, “es la excesiva burocracia, la falta de medios, las trabas y excesivas limitaciones a la inversión, unido a unas “ayudas forestales” que arruinan al sector. Todo esto es lo que provoca que la gestión forestal sea un imposible”.
ASAJA-Cádiz incide en que lo ocurrido debe servir para cambiar los modelos de gestión. “A nivel del Gobierno central, hace falta que se deje de centrar el problema en el tan manido cambio climático como culpable de todos los males, y que se aborde el problema de frente”.
A NIVEL REGIONAL Y PROVINCIAL, “ES URGENTE QUE LAS CONSEJERÍAS Y DELEGACIONES PROVINCIALESSE DOTEN DE MÁS MEDIOS HUMANOS. ES ALARMANTE LA FALTA DE PERSONAL TÉCNICO”
En este sentido, “hay que aplicar una Política Forestal con mayúsculas, dotándola de más recursos económicos y menos limitaciones a las tareas propias de la explotaciones agrícolas, ganaderas y forestales, porque lo existente provoca el abandono de la actividad primaria”. Igualmente se requiere “más apoyo a la ganadería extensiva, porque la política actual ha olvidado que el ganado, ovejas y cabras principalmente, son los auténticos y mejores bomberos del monte”. En resumen, “menos ecologismo radical”.
A nivel regional y provincial, “es urgente” que las Consejerías y Delegaciones provinciales “se doten de más medios humanos. Es alarmante la falta de personal técnico, lo que hace eterno cualquier mínimo trámite que se solicite”. La falta de personal técnico supone “atascos de meses y años para resolver, por ejemplo, Proyectos de Ordenación de Montes, Planes de Prevención de Incendios, Ayudas Forestales y contraincendios o las autorizaciones para tareas tan básicas como podas, desbroces o limpiezas. En demasiadas ocasiones, los expedientes se eternizan o directamente no se resuelven”.
También apunta ASAJA Cádiz “a los incentivos”, es decir, a las ayudas forestales “que deberían de servir para la gestión forestal y limpieza de nuestros montes y que, lejos de servir de estímulo, han provocado el efecto contrario, para unos titulares privados que lo único que quieren es poder gestionar responsablemente sus montes”.
AGRICULTORES Y GANADEROS: ALIADOS NATURALES DE LA PREVENCIÓN
A lo anterior se suma una visión política “que durante décadas ha marginado a los agricultores, ganaderos y silvicultores, tratándolos como meros extraños en la gestión forestal”. Sin embargo, su papel es clave en la prevención de incendios:
- El pastoreo contribuye a mantener los pastos cortos, reduciendo el combustible disponible
- La labranza y la limpieza de olivares son prácticas que despejan el terreno y frenan el avance de las llamas.
- Los cortafuegos en rastrojos tras la siega actúan como barreras naturales frente al fuego.
«Reconocer y potenciar su labor, con respaldo administrativo y sin trabas burocráticas, sería una herramienta eficaz y de bajo coste para reforzar la primera línea de defensa contra los incendios», aseguran.
Por último, ASAJA Cádiz denuncia que la Política Agraria Común (PAC), “bajo un enfoque marcado por un ecologismo radical”, ha impuesto prácticas obligatorias “que limitan o impiden labores tradicionales de gestión rural”. Estas actividades, lejos de ser dañinas, “han demostrado durante generaciones su eficacia en la conservación del entorno y en la prevención de grandes incendios”.
Por todo lo anterior, ASAJA Cádiz exige a las administraciones públicas un cambio profundo en la política forestal:
- Limpieza y gestión activa de los montes públicos
- Más personal técnico en las administraciones competentes.
- Agilidad y rigor técnico en la tramitación de expedientes forestales.
- Ayudas realistas, eficaces y ejecutables
- Reconocimiento del papel esencial de agricultores, ganaderos y silvicultores en la prevención.
«Solo con una verdadera voluntad política, que apueste por el territorio y sus gentes podremos evitar que cada verano vuelva a repetirse esta tragedia», sentencia la organización agraria gaditana.
