Otro sinsentido en Europa: la Comisión Europea ha autorizado el consumo de soja transgénica para su uso tanto en piensos como en alimentos para las personas, pero no permite a los agricultores europeos producirla, según denuncia Unión Extremadura.
Esta autorización ha sido aprobada tras la evolución científica de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) que concluyó que esta soja es tan segura como la soja convencional.
Así mismo, esta Autoridad afirma que el procedimiento de evolución es exhaustivo y riguroso, por lo que se garantiza un alto nivel de protección a la salud humana su consumo, al igual que a los animales y al medio ambiente.
Pero paralelamente a esta decisión de la CE a autorizar el consumo de este producto, en cambio no permite a los agricultores de la Unión Europea que puedan cultivar soja, «consumirlo si, producirlo no».
Para la organización agraria, «si efectivamente producto alimentario es tan seguro para la alimentación humana, animal y para el medio ambiente ¿Por qué motivo no se permite a los agricultores el cultivo de este producto?»
Uno de los principales problemas que tiene el cultivo de la soja es el control de las malas hierbas, por lo que la utilización de variedades transgénicas resistentes a algunos herbicidas está facilitando la producción de soja en países de fuera de la U.E. que además consiguen producciones más altas a menor coste de producción.
«La Unión Europea permite entrar en nuestro territorio este producto, afirma su total confianza en la salubridad del mismo, pero impide a los agricultores de la UE utilizarlo por lo que en Europa que somos muy deficitarios en la producción de proteína vegetal, tenemos que comprarla fuera, donde sí está permitida la producción de soja transgénica».
Por estos motivos La Unión exige que en los acuerdos comerciales se apliquen las cláusulas espejo, que no se permita a productores de fuera de la UE que tengan más facilidades de producción de las que se permiten a los productores de dentro de la UE.

Ayer se celebraba el día de Conservación del Suelo y hoy aprueban productos bañados en glifosato y cía. Esta doble moral de no permitir sembrar y aprobar los transgénicos. ¿ Como vais a justificar alimentar al pueblo con lo que se prohíbe cultivar?. Esa soja transgénica no » resiste» el herbicida, lo contiene, lo arrastra, lo traspasa al animal y a nuestra mesa, a nuestro cuerpo, al agua y al suelo. Es un biocida que destruye la microbiota, los polinizadores, la vida del suelo y todo lo que no sea transgénico. Y desde luego nosotros, de momento, tampoco somos transgénicos.
¿ Quizás hayamos perdido la soberanía proteica? Vaya arquitectos y defensores de la agricultura y ganadería europea. Tenemos proteínas nuestras, limpias, competitivas y regeneradoras. Los chochos, perdón, altramuces que son más versátiles y sostenibles, los guisantes, garbanzos, lentejas y las habas. Productos de aquí que mejoran el suelo sin fertilizantes químicos. Esto sería una auténtica apuesta por la soberanía proteica Europea y sobre todo, una apuesta por los agricultores y ganaderos como custodios de nuestra salud.
No contamina lo que entra sino lo que sale… …de los transgénicos.