El algarrobo ha ido ecolucionando a la largo de la historia, del ‘chocolate de los pobres’ a convertirse en un superalimento. Es que el fruto de este cultivo leñoso está experimentando un boom de demanda por sus innumerables e innovadores usos para la industria.

En el último programa de ‘Pioneros’ de Jerez Televisión conocemos el cultivo del algarrobo, un árbol cuyo fruto está en pleno boom. Hechos tan sencillos como la desestacionalización del consumo de helados -pasando de su consumo único en los meses de verano, a todo el año- ha provocado una fuerte demanda, revalorizando tanto la semilla como la vaina.

En esta explosión tienen mucho que ver agricultores como José Luis Carrasco, que lleva apostando por este cultivo leñoso desde hace más de 25 años, vislumbrando la eclosión que ha tenido muchos años después.

HELADO PARA TODO EL AÑO GRACIAS A LA ALGARROBA

José Luis explica que «de la algarroba se aprovecha todo», desde la vaina, para su uso más tradicional como pienso de animales, hasta las semillas, de las que se obtiene goma de garrofín que se usa como espesante E410 de alimentos. «Ese uso es el más demandado. Tras un proceso complejo se consigue una especie de harina de las semillas que espesa y estabiliza las sopas, dulces o guisos», desglosa Carrasco.

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Asimismo se emplea en la industria cosmética, en la elaboración de pintalabios, y en la farmacéutica para la fabricación de preservativos.

El agricultor de San José de Valle, también adelanta dos nuevas diversificaciones del uso; uno para piensos, no en su uso tradicional para el ganado, sino para mascotas y, otro, muy llamativo como afrodisíaco. José Luis se ríe y comenta que «la gente hierve las vainas en un cazo y se toma la infusión».

La provincia de Cádiz, es la que más rendimiento, en porcentaje de semilla, ha conseguido de España, tanto por las variedades empleadas, como por el mimo que ponen en las labores de campo. «Nuestra plantación da unos rendimientos altos por emplear injertos de algarrobas de la sierra de Cádiz», puntualiza Carrasco.

Siembran dejando un margen para que los algarrobos no compitan entre ellos; colocan los machos y hembras estratégicamente para que haya una buena polinización e incluso distribuyen los líneos teniendo en cuenta la entrada de los vientos en la finca. En la provincia de Cádiz, combaten el Levante y el Poniente y es necesario proteger a los árboles de sus azotes.

La recolección también se hace con mucho respeto al árbol y, en la finca de José Luis Carrasco, han descartado el brazo vibrador, que se emplea en el olivar, porque «el árbol está en plena efervescencia y el vibrador le provoca lesiones». Por eso, han optado por la recolección manual, para salvaguardar el futuro de los árboles.

En ese mismo respeto, José Luis explica que los algarrobos son un gran aliado del medio ambiente, al igual que los olivos, reforestan paisajes semidesérticos y «contienen una alta eficiencia fotosintética, que sirve para absorber CO2 de la atmósfera».

Un cultivo, el algarrobo, muy desconocido y del todo provechoso que ha pasado de ser ‘el chocolate de los pobres’ a un superalimento.

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