Las copiosas lluvias de marzo han supuesto un respiro general para el campo español, que valora estas precipitaciones, sin olvidar que aún no se ha alcanzado la «normalidad» hídrica en los embalses españoles, que sigue habiendo sequía en muchas zonas y que ya se han registrado complicaciones en algunas zonas de cultivo.

Las diferentes borrascas que han pasado por la Península Ibérica han dejado estampas por diferentes puntos de la geografía española como crecidas de ríos y desembalses de pantanos, gracias a unas precipitaciones que han derivado en inundaciones en terreno de cultivo de Totana y Lorca (Murcia) y en diferentes puntos de las provincias andaluzas de Almería, Sevilla, Córdoba, Cádiz.

Burgos y Ávila también han estado afectadas por las intensas lluvias; en general, en Castilla y León, la lluvia intensa ha obligado a retrasar algunas siembras, según relatan las organizaciones agrarias.

LAS LLUVIAS, UN RESPIRO PARA EL CAMPO

El director territorial de Andalucía de Agroseguro, Juan Francisco Delgado, ha explicado a Efeagro que desde que arrancó 2025 la situación es «muy favorable en cuanto a precipitaciones en zonas donde se suele carecer de ella».

Son unas precipitaciones que «están dentro de lo normal, salvo casos puntuales de pedriscos o inundaciones», por lo que el sector «lo está agradeciendo muchísimo», ha añadido.

Por cultivos, los que más se han beneficiado son los cereales, herbáceos, la viña y el olivar, de acuerdo a sus datos.

Por otro lado, desde Agroseguro han advertido que se puede retrasar la siembra e incluso se puede «pudrir la semilla» en patata recién sembrada y registrarse problemas relacionados con la nacencia.

En todo caso, hay que esperar que «salga el sol» para controlar la humedad, ha destacado desde Agroseguro.

BALANCE DE LOS AGRICULTORES

ASAJA ha considerado que estas lluvias han tenido «efectos mixtos», pues han sido beneficiosas y positivas para el sector en muchas regiones, con una mejora en la reserva hídrica que augura «una buena campaña de riego».

No obstante, también han sido problemáticas en otras zonas, aunque «sin problemas significativos» con retrasos en siembras como en Zamora, daños en infraestructuras e inundaciones en algunas parcelas de Segovia y en la Campiña Sur en Córdoba.

El sector además tiene «la esperanza» que durante marzo y abril siga lloviendo y se pueda alcanzar «una situación de normalidad en toda España», según ha dicho el responsable de Agua nacional de la organización agraria COAG, Eduardo López.

Para COAG, la climatología, por el momento, ha supuesto «un respiro, un alivio; y por lo tanto una alegría» fundamentalmente en las zonas más secas o en las que la sequía en los últimos años ha tenido un impacto muy fuerte, ha puntualizado.

Así, supone la recuperación de la situación hídrica en dos aspectos: tanto de ayuda a los acuíferos como «para garantizar que los cultivos de secano salgan adelante».

Desde la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) han definido como «muy positivas» este episodio de lluvias, aunque también han obligado a los agricultores a adaptar sus labores y tratamientos en fincas.

Según sus datos, los cultivos leñosos «agradecen enormemente» este aporte de agua, sobre todo en el arco mediterráneo donde sufrían «sequía grave desde hace años».

A pesar de ello, las lluvias han dejado daños por inundaciones en Lorca y Totana (Murcia), con pérdidas del 70 % en plantaciones de lechuga y de un 30% en brócoli y coliflor, valoradas en 10 millones de euros y daños en invernaderos de fresas y flores.

Los agricultores de Unión de Uniones también han recibido estas lluvias como «buenas para el campo», según indica Valentín Fraile, miembro de la ejecutiva de la organización agraria.

Hay algunas excepciones donde «sí están empezando a ser perjudiciales en exceso» como en el entorno de Ávila o en Burgos y de continuar así, «algunos cultivos corren peligro»; sin embargo, «los embalses están como hace muchos años, y eso garantiza las próximas campañas de regadío» ha detallado.

AUMENTAN LAS POSIBILIDADES DE RIEGO

Actualmente, algunos embalses como el de la cuenca del Segura se encuentra al 22,5 % de su capacidad mientras que el de País Vasco está al 95,2%, en consecuencia por las borrascas que han dejado un aumento de la reserva hídrica hasta llegar el 60,9 % de su capacidad, un 5 % más que la media de la última década.

Cuencas deficitarias como Andalucía, Cataluña y la zona del Levante español han incrementado sus embalses y con ello la opción de riego, pero aún no se ha alcanzado una situación normalizada generalizada.

De hecho, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir ha dejado muy claro que la sequía no ha acabado y que con el agua que a día de hoy hay en los embalses, las restricciones serían del 60% para la mayor parte de los regantes del Guadalquivir.

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