El consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha, Julián Martínez Lizán, ha asegurado en Toledo que el Gobierno regional estudiará las medidas de arranque de viñedo que proponga la Unión Europea, siempre y cuando sean «quirúrgicas» y no hagan que la región pierda capacidad productiva.
Preguntado antes de una reunión con Asaja por un uso más flexible de los fondos públicos para el sector del vino y por un posible arranque, Martínez Lizán ha afirmado este martes que el ejecutivo estudiará y «posiblemente» ejecute también una medida así, pero ha incidido en que debería ser «muy quirúrgica».
El consejero ha mantenido que no pueden permitir la pérdida de la capacidad productiva ni correr el riesgo de despatrimonializar a las cooperativas, que «en algunos casos son las únicas empresas que hay en los municipios».
Sin embargo, también ha recordado que no se puede «desdeñar» una posibilidad que puede dar a algunos agricultores «muy concretos» la posibilidad de retirada «honesta, honrada y honorable del sector».
En cualquier caso, Martínez Lizán ha reconocido que el sector vitivinícola, en el contexto europeo, tiene unas diferencias «abismales» en las distintas zonas de producción.
CASTILLA-LA MANCHA ES «UNA ISLA» EN EL CONTEXTO GENERAL DE PRODUCCIÓN DEL VINO, DONDE «LAS SALIDAS DE VINO ESTÁN TENIENDO UN AUMENTO CONSTANTE AÑO TRAS AÑO”
Ha indicado que en España hay zonas como La Rioja con una problemática «importante», que también se da en zonas europeas, como Burdeos, y que en ellas «tal vez sea necesario hacer un reajuste con las plantaciones, incluyendo las posibilidades de arranque de viñedo».
Ha manifestado que es un paso que tendrá que regular la Unión Europea, pero sí ha defendido que Castilla-La Mancha es «una isla» en el contexto general de producción del vino, donde «las salidas de vino están teniendo un aumento constante año tras año y hay una elevación tanto en el volumen vendido como en el importe cobrado», si bien ha admitido que «tal vez no sea suficiente» para cubrir los costes de producción y las necesidades de algunos agricultores.
Para Martínez Lizán, la mejor viabilidad es «garantizar el potencial productivo de la región» y ayudar a los agricultores a adaptar el cultivo a lo que exigen los consumidores.
El consejero ha recordado también los pasos «importantes» que ha dado Castilla-La Mancha en este sentido, y ha resaltado también el papel de las organizaciones agrarias como Asaja.