Manuel Piedra Chaves / Secretario de Migraciones de UPA y secretario general de UPA Huelva

Acabo de llegar de Quito, Ecuador, después de casi 24 horas de viaje para llegar a Palos de la Frontera. Después de todo esto uno hace reflexiones, como todos sabéis cada vez que salgo de viaje, cada una tiene una reflexión un poco diferente.

En esta, por empezar desde el principio, me he encontrado un país comenzando una campaña electoral el mismo día de mi llegada (el 6 enero), en plena crisis entre el presidente del Gobierno y la vicepresidenta que son de diferentes partidos, con el ejército en las calles y con una población indignada por el asesinato de cuatro niños por parte de miembros del ejército.

Encontrarte este clima político militar y preelectoral no ayuda, pero teníamos que comenzar las entrevistas. El primer día en Quito empezamos las reuniones con el Gobierno de Ecuador y el nuestro representado por nuestra consejera Adoración Guamán (a la que quiero hacer una mención especial porque ha puesto todo su trabajo, sus medios y su tiempo todos los días que hemos estado seleccionando y a Josselyn Obando, también trabajadora de la Consejería, que ha sido mi mano derecha con el ordenador e indicándome las zonas durante los días de entrevista).

Darle también un agradecimiento muy especial al gobierno Ecuatoriano, al Director del servicio público de empleo, Paul Alberto, que ha estado en primera persona los 3 días a mi lado prácticamente las 12 horas que hemos estado haciendo entrevistas y que nos ha puesto las sedes de Quito e Ibarra a nuestra disposición, así como a todos los miembros de seguridad que han velado por nosotros, a María Fernanda Navas directora de integración de Ecuatorianos retornados y sus trabajadores y en general a todos los trabajadores que intervienen en este proceso.

No me quiero olvidar tampoco de la labor de acompañamiento que ha realizado la OIM en estos días, de la mano de Ana Dodevska, que ha impartido 16 charlas informativas para todas las personas que acudieron a las entrevistas informando, entre otras cosas, de las condiciones de la oferta de empleo y de cómo se desarrollará su estancia en la provincia de Huelva.

Para nuestros empresarios y para mí es fundamental esta labor, porque este acompañamiento de una organización como la OIM (que forma parte del Sistema de las Naciones Unidas) aporta transparencia y seguridad para los empresarios y para las personas que ha acudido a las entrevistas.

Hemos ido a Ibarra, una zona netamente rural con personas sencillas, que se notaba que vivían en el mundo rural. Normalmente en las entrevistas me cuentan que son de comuna, no de parroquia, que es un pueblo, sino de comuna en medio del campo, que se reúnen entre varios para poner varios productos, frijoles, maíz, arándanos, papas, fresas (a las que ellos le llaman frutilla). Cada uno pone su cachito de tierra y se ayudan a recolectar, a sembrar y que después venden en la ciudad.

Quiero decir con esto que son gente rural, que no nos van a defraudar a la hora de trabajar en el campo.

También me he encontrado personas que trabajan en la ladera (porque estamos rodeados de montañas y sobre todo de volcanes) y que suben todos los días andando arriba a la montaña a las 5 de la mañana. Dos horas de caminata para comenzar la jornada de trabajo a las 7 de la mañana hasta las 4 de la tarde, con un descanso para comer (por cierto, la comida caliente se la proporciona el contratador, que es otro pequeño agricultor) y después bajan a sus casas durante otras 2 horas de camino, ganando de 12 a 15 dólares al día.

También la gran mayoría de las mujeres tienen más de 2 hijos que se van a quedar con sus madres, que son jóvenes de entre 50 y 55 años, porque muchas de ellas tienen entre 23 y 26 años y ya tienen 3 hijos y eso da a entender la dureza de mantener la familia.

Todos me transmiten lo mismo: que lo que quieren es venir a España, ganar un sueldo para poder mantener a sus hijos, construir una pequeña vivienda ellos mismos en su campo y ayudar a la unidad familiar, sea hombre o sea mujer.

Estos días también ha estado presente la ministra con la que he cambiado impresiones. Le he mencionado que debería hacer un momento a los 82 ecuatorianos que llevan 3 años yendo y viniendo a España y han respetado el retorno, porque eso ha facilitado que este año hayamos podido seleccionar a 109 mujeres y 41 hombre. Gracias a esos 82 valientes que están cumpliendo y que han hecho posible que otros compañeros puedan ir a la selección.

Muchos de sus familiares han ido a las entrevistas y yo los he escogido para que vayan a Huelva porque son una garantía. Por lo tanto, es una gran satisfacción que la mitad de los ecuatorianos seleccionados ya tienen familia que van y vienen todos los años a nuestras fincas.

Incluso fueron a saludarme personalmente algunos, hicieron más de 3 horas en bus para agradecer que en el año 2021 los entrevistara y los seleccionara. Están eternamente agradecidos y dicen que sus vidas han cambiado mucho gracias al trabajo de nuestros empresarios, y eso, como todos sabéis, es lo que más me llena de mi trabajo.

Me he encontrado también personas que por la mañana empiezan a las 5:00 de la mañana a ordeñar sus vacas propias que tienen para leche o para queso y continúan con la segunda faena en el campo cosechando patatas, frutilla (como llaman a la fresa aquí) arándanos, frijoles, maíz, etc.

Las mujeres por ejemplo casi todas van a la recolección de las patatas y cobran por una caja 50 Kg 1,25 €. En una jornada recolectan entre 20 y 25 cajas y la sacan con soletilla de la arena, no con máquina (lo digo para los expertos) y la llevan ellas mismas a espaldas al camión con jornales de 8 horas por 12 dólares la jornada o 1,25 dólares por cajas.

Por lo tanto, me voy con la satisfacción de poder llevar a Huelva 109 mujeres y 41 hombres, muchos de ellos familiares de los que ya vienen en campañas anteriores, pero también me voy con el sinsabor de no haber podido ayudar a más gente y es una pena que no pudiésemos haber llevado a la provincia de Huelva a los 400 que podrían haber ido a trabajar este año porque reunían los requisitos para ello. Sé que nuestros empresarios estarían de acuerdo conmigo, porque son solidarios y quieren gente para trabajar, pero también son gente que les gusta ayudar a los que lo necesitan.

En conclusión, tengo alegría por el trabajo bien hecho. Quiero agradecer también a mis compañeros de otras organizaciones agrarias que hayan confiado en mí para que haga esta labor de mucha responsabilidad, porque esas personas que van a llegar a Huelva han sido seleccionados en primera persona por mí y eso me llena de orgullo y satisfacción, pero a la vez de mucha responsabilidad de la tarea encomendada.

Así que ya estoy en mi tierra, en España, y nos veremos pronto en cualquier sitio tomando un café o haciendo una nueva selección quien sabe dónde.

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