Tras conocer que la Autoridad Portuaria está tramitando una autorización con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación para la importación de patatas de Egipto a través del Puerto de Alicante, ASAJA manifiesta su indignación y solicitará de inmediato una reunión urgente con este organismo para que recapacite sobre las graves consecuencias que puede tener en el sector agrario alicantino, principalmente en la comarca de la Vega Baja, en Elche y el Alto Vinalopó.
La organización agraria denuncia que esta iniciativa va en contra del principio de preferencia comunitaria (que las mercancías producidas en cualquier Estado miembro de la UE tendrán preferencia frente a las que vienen de países terceros) y favorece la competencia desleal, justamente dos de los grandes problemas que lastran la rentabilidad del campo español.
El presidente de ASAJA Alicante, José Vicente Andreu aclara que la patata es un cultivo de gran arraigo en la provincia, y que presenta dos temporadas que abarcan la patata temprana, fundamentalmente de la variedad «spunta», de carne amarilla clara, que se recoge de marzo a mayo, aproximadamente y la patata de invierno comúnmente conocida como «de verdete», la típica patata con tierra, disponible desde diciembre hasta febrero. Con lo cual, estamos hablando de que esta hortaliza está disponible para su consumo en fresco casi todo el año, por lo que «no hace falta traerla de fuera, sobre todo de países que no cumplen con las mismas normas fitosanitarias que aquí tenemos».
ASAJA Alicante no comprende la decisión que ha tomado la Autoridad Portuaria de sacar pecho de tal acción. «No todo vale», remarca el secretario técnico, Ramón Espinosa. Quien añade que el tejido empresarial alicantino ha de ser consciente de los graves problemas a los que se enfrenta el sector primario de esta provincia; por ejemplo de la escasez hídrica agravada esta última campaña de hortalizas debido a las restricciones en el regadío impuestas por la Confederación Hidrográfica del Segura. «Si no nos apoyamos dentro de la misma provincia, entre sectores, qué solidaridad podemos esperar de los de fuera?».
Asimismo, muestra del perjuicio que supone la entrada de productos hortofrutícolas de terceros países es lo ocurrido con la calabaza de la Vega Baja, que en la última campaña, que sufrió importantes pérdidas económicas por la masiva entrada de la calabaza egipcia, disminuyendo las opciones de comercialización al agricultor alicantino, que ha tenido que competir con precios muy bajos, inferiores a los costes de producción.