En estos días en que los que se avanza en la negociación de UE-Mercosur y del Acuerdo Comercial con Ucrania, desde la Asociación General de Fabricantes de Azúcar (AGFAE) han denunciado la preocupación del sector remolachero-azucarero «por el trato desigual que sufren respecto a las importaciones de Ucrania y Mercosur»

La asociación recuerda que este sector remolachero-azucarero se enfrenta «a cambios regulatorios y modificaciones de las reglas de juego en el panorama internacional que amenazan la competitividad y la viabilidad a largo plazo del sector en España y en la UE».

Entre los cambios regulatorios más preocupantes, se encuentra la prohibición de uso de determinados principios activos para luchar contra plagas y enfermedades del cultivo. Dicha prohibición supone un sobrecoste para el remolachero, que debe tratar de encontrar recursos alternativos a un mayor coste y en muchos casos a la pérdida o disminución de la cosecha por ser dichos recursos ineficaces e incluso medioambientalmente más perjudiciales.

Como ejemplo de esto, la AGFAE recuerda que desde 2018, se han eliminado más de 30 sustancias activas en la UE para el cultivo de la remolacha, «y tal y como avanza la normativa, es muy posible que para 2027 los productores de la UE solo puedan tener acceso a un puñado de herbicidas, insecticidas y fungicidas (frente a los 100 con que cuenta Brasil). Es remarcable que para estas prohibiciones no ha existido un análisis de impacto económico y/o social previo, simplemente se han prohibido, sin existir en la mayoría de las ocasiones sustancias alternativas para sustituirlos», lamenta.

Asimismo, advierten de que Este problema se agudiza con el impacto del cambio climático que propicia la aparición de más enfermedades y plagas en el campo que a su vez generan incertidumbre y suponen pérdida económica para el agricultor por incurrir en mayores costes y pérdida parcial o total de cosecha.

Sin embargo, destacan que «frente a esto, los productores de azúcar de terceros países viven ajenos a las limitaciones normativas y estándares. El coste de esta ventaja competitiva lo paga el sector productor español y europeo que mira con estupefacción cómo avanzan los tratados internacionales y cómo, por uno u otro motivo, el azúcar entra en la Unión en gran parte libre de aranceles». Así, por ejemplo, durante la campaña 2024/25, las importaciones ucranianas de azúcar aumentaron hasta 25 veces el contingente arancelario inicial.

Y ahora, a las importaciones ucranianas se unirán las importaciones procedentes de Brasil, el mayor productor de azúcar del mundo, y Uruguay, ambos en la propuesta de Mercosur.

Por todo ello, la industria azucarera española apela a las autoridades comunitarias, nacionales y autonómicas para que actúen de manera decidida y pongan fin a una crisis que amenaza con arrasar un pilar fundamental de la agricultura española y europea y reclama las siguientes medidas:

• La no aplicación de restricciones de sanidad vegetal si no se ha hecho una valoración previa de los riesgos frente a los beneficios de dicha prohibición, y si no hay una solución alternativa con la misma eficacia.
• Facilitar el acceso a nuevas sustancias activas y acelerar los procesos de autorización de éstas.
• Aprobar el uso de Nuevas Técnicas Genómicas (NTGs) como herramienta para mejorar la productividad y la resistencia de los cultivos frente a las enfermedades y el cambio climático.
• Exigir los mismos estándares productivos o “cláusulas espejo” en los acuerdos comerciales internacionales para garantizar la reciprocidad en las normativas de sostenibilidad, calidad y seguridad alimentaria, reforzando los controles fronterizos para verificar su cumplimiento.
• Establecimiento de redes de seguridad y herramientas de gestión de riesgos en el marco de la OCM para proteger a los productores ante crisis de mercado.

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