Pese a la firma del acuerdo, al que aún le queda un largo camino antes de poder ser ratificado por los Estados europeos, el acuerdo UE-Mercosur sigue provocando reacciones airadas con la Comisión Europea pero también contra el Gobierno español por ser uno de sus mayores defensores.
APAG Extremadura Asaja ha sido de las organizaciones más duras con este acuerdo al denunciar «la traición llevada a cabo con nocturnidad y alevosía por parte del Gobierno de España a nuestro campo al refrendar su apoyo a los acuerdos de Mercosur».
Para la organización, este respaldo del ministro de Agricultura a este tratado «es una prueba más de lo poco que le importa la gente del campo y, mucho menos, las zonas rurales. Lejos de dar solución a los problemas ya existentes en nuestras producciones, ahora tenemos que competir con países que no cumplen ninguna trazabilidad en sus productos, ni normas laborales de ningún tipo. Un botón de muestra lo encontramos con los cereales de invierno o el arroz».
Asimismo, incide en que con este apoyo, «desde nuestro Gobierno de España se dará la mayor puñalada posible a las zonas rurales. Es incongruente quejarse de la despoblación si luego se toman decisiones políticas que van justo a lo contrario. Medidas de este calado ponen en riesgo la seguridad alimentaria de inmediato que en un futuro pagaremos la sociedad. Un país con una agricultura y ganadería débiles está condenado a un futuro incierto», por lo que exigen al Gobierno de España el rechazo al acuerdo «si de verdad quiere hacer algo a favor del campo español».
SOS RURAL DENUNCIA QUE «DEJARÁ HERIDO DE MUERTE AL SECTOR PRIMARIOS ESPAÑOL»
Por su parte, SOS Rural ha dado la voz de alarma por el acuerdo político UE-Mercosur, al considerar que supone un auténtico mazazo al conjunto de la agricultura y ganadería europeas y «dejará herido de muerte al sector primario español».
Para este movimiento, el acuerdo de los países sudamericano con la Comisión Europea significaría el mayor acuerdo comercial del mundo, abarcando 780 millones de personas, 31 estados y un volumen de intercambios comerciales valorado en de 45.000 millones de euros. De toda la actividad comercial en juego, la carne de vacuno se ha convertido en el principal caballo de batalla de las negociaciones, ya que el acuerdo actual prevé más de 160.000 toneladas de carne sin arancel. Por el contrario, los principales beneficiados de la eliminación de los aranceles serían los principales productos industriales europeos: automóviles, piezas de automóviles, maquinaria, sustancias químicas, o productos farmacéuticos entre otros, que soportan unos aranceles de entre el 15% y el 35%.
«Estamos cambiando coches por vacas«, denuncian desde SOS Rural. El movimiento ciudadano señala que «aunque existe el compromiso por parte de Mercosur de mejorar sus técnicas de producción, el sector europeo sabe que será muy complicado hacer que los productores sudamericanos cumplan con las mismas normas fitosanitarias o de bienestar animal». Actualmente, tal y como está el acuerdo, no existe la garantía de que la carne producida en Mercosur no haya sido producida con hormonas de crecimiento, determinados antibióticos o piensos de origen animal prohibidos en la UE.