El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación fomenta prácticas agrarias que contribuyen a la captación y almacenamiento de carbono, como los eco-regímenes incluidos en la nueva PAC o la normativa sobre nutrición sostenible de los suelos, entre otras iniciativas. Así lo ha manifestado la directora general de Producciones y Mercados Agrarios, Elena Busutil, en la jornada “La agricultura como sumidero de carbono: situación actual y perspectivas de futuro”, organizada por el Instituto de la Ingeniería de España, la Asociación Nacional de Ingenieros Agrónomos y la Fundación Foro Agrario.

Busutil ha destacado el papel esencial que tiene la agricultura, no solo como garante de la seguridad alimentaria, sino también para la mejora del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático, en particular por su actuación como sumidero de carbono.

En este sentido, y para dar respuesta a estos objetivos, ha destacado la importancia de la salud y estado de los suelos agrícolas. La implantación y puesta en práctica de sistemas de manejo de los suelos que incrementen su capacidad de sumidero permitirá al sector agrícola contribuir a la mitigación de los impactos del cambio climático y a la sostenibilidad de los ecosistemas agrarios.

Así, el Plan Estratégico de la PAC contempla intervenciones que contribuyen a este fin. Un ejemplo son los eco-regímenes, que incluyen prácticas basadas en la agricultura de conservación, como la siembra directa o el establecimiento de cubiertas vegetales -prácticas con rotaciones de especies mejorantes o, en el caso de la ganadería, el pastoreo extensivo-. Los efectos positivos van desde la acumulación de carbono en el suelo, la protección frente a la erosión o el aumento de la materia orgánica y biodiversidad. Todos estos factores contribuirán también a la mejora de la productividad agraria.

Además, entre las prácticas que mejoran la capacidad productiva de los suelos y su contenido en carbono, hay que destacar la labor de la fertilización. El ministerio aprobó un real decreto en el año 2022 por el que se establecen normas para la nutrición sostenible de los suelos agrarios. Esta norma prevé una concepción global de la fertilización, cuyo objetivo último es conseguir un adecuado equilibrio entre la mejora de la productividad y el manejo de los suelos agrarios como “suelos vivos”.

Otro aspecto a destacar es la importancia que tienen los pastos como sumideros de carbono. En España la superficie de pastos representa más del 26% de la superficie total nacional, con un total de 13 millones de hectáreas y, precisamente, una buena gestión de los pastos es de gran importancia para incrementar las existencias de carbono en suelos.

Además, el acceso a la tecnología, la formación y el asesoramiento en la adaptación de las mejores prácticas al contexto de los distintos tipos de explotaciones agropecuarias, son esenciales para conseguir un manejo sostenible de los suelos que garantice la producción de alimentos al tiempo que actúa en favor de los objetivos climáticos y ayuden a la captación y almacenamiento de carbono.

Elena Busutil también ha hecho referencia al primer marco voluntario a escala de la Unión Europea para la certificación de absorciones de carbono de alta calidad. Este marco impulsará la captura de carbono en suelos agrícolas para crear nuevas oportunidades para los productores que puedan valorizar sus prácticas ambientales en este ámbito.

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