Los alimentos de Aragón son elementos esenciales de la cultura, tradiciones y del carácter noble de Aragón. Cárnicos, vinos, cerverzas, frutas y hortalizas, pastas y dulces, aceites, delicatessen como el caviar, la trufa negra, especias como el azafrán…Una despensa infinita con calidad diferenciada para todos los gustos y paladares que vamos a ir descubriendo uno a uno. Continuamos con la delicada Cebolla Fuentes de Ebro DOP.

Esta semana os planteamos una adivinanza: Tierna y crujiente, es la única de su clase que cuenta con una Denominación de Origen Protegida, no pica y no hace llorar cuando se corta. ¿De qué producto hablamos?

Efectivamente, se trata de la Cebolla Fuentes de Ebro DOP, una variedad única y milenaria, ya que se cultiva desde el siglo XI a lo largo de las orillas del río Ginel y del río Ebro, en los municipios de Fuentes de Ebro, Mediana de Aragón, Osera de Ebro, Pina de Ebro, Quinto y Villafranca de Ebro.

El microclima estepario, ventoso y con escasas lluvias, junto con el suelo fértil rico en yeso y carbonato cálcico, proporcionan las condiciones ideales para su cultivo.

Su recolección comienza a mediados de julio y se extiende hasta diciembre. Durante este período, se pueden encontrar tanto la cebolla dulce, conocida como cebolleta, a partir de junio, como la cebolla seca a partir de julio. Fuera de estos meses es imposible encontrarla en el mercado.

La DOP Fuentes de Ebro fue creada a finales de 2010 e inscrita en el Registro de Denominaciones de Origen Protegidas de la Comisión Europea en 2013. Esta campaña esperan recolectar 3 millones de kilos, un 20% más que en años anteriores.

La Cebolla Fuentes de Ebro de Denominación de Origen Protegida se caracteriza por su color externo blanco-paja, sus capas internas blancas y una textura tierna, crocante y muy jugosa, con un elevado contenido en agua. Sanísima, sólo contiene 26 kilocalorías por cada 100 gramos.

Además, es rica en minerales como calcio, magnesio, hierro, fósforo, yodo, potasio y azufre, y en vitaminas de los grupos A, B, C y E. Su aporte calórico es de tan solo 26 Kcal por cada 100 gramos. Debido a su bajo contenido en azufre, es conocida por no provocar lágrimas al cortarla.

En la cocina, es excepcional para su disfrute en ensaladas y carameliza sin necesidad de añadir azúcar debido a su dulzor natural.

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