El Fondo Español de Garantía Agraria (Fega), del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, ha publicado en su página web el informe “Evolución de las ayudas asociadas a la producción durante las campañas 2015 a 2022”, de la PAC. Este estudio, que incluye los datos de la campaña 2022 (última del anterior periodo de la PAC), constata un ligero aumento de la superficie y número de animales que perciben los pagos directos asociados.

En lo que respecta a la evolución de la superficie media del periodo 2015-2022, se observa una tendencia global favorable, con un aumento de la superficie total de casi un 5% en el conjunto de este periodo, con cerca de 1,8 millones de hectáreas que han percibido estas ayudas en la campaña 2022.

Los grupos de cultivos que han ocupado una mayor superficie en todo este periodo han sido los proteicos (oleaginosas y proteaginosas-leguminosas). En particular, el cultivo que más ha incrementado su superficie ha sido el de las oleaginosas, con un 29 %.

En el análisis de los datos de la campaña 2022 destaca el notable incremento en la superficie de cultivo en oleaginosas (un 35% respecto a la campaña 2021), debido al incremento de precio del girasol tras la invasión de Ucrania. También se observa una acusada disminución de la superficie en los cultivos de arroz y tomate, en este caso debido a la disminución de las dotaciones de riego causada por la sequía.

La evolución en el conjunto de las ayudas asociadas a la ganadería durante el periodo 2015-2022 muestra una tendencia generalizada al alza en cuanto al número de animales determinados en todas las especies y tipos de ayudas ganaderas, con un mayor crecimiento acumulado hasta 2020.

Los datos de la campaña 2022, con cerca de 17,5 millones de animales que han percibido ayuda asociada, evidencian una estabilización con respecto al número de animales de 2021. Esta tendencia se constata especialmente en el caso de las ayudas a la vaca nodriza, una de las líneas principales de este esquema de apoyo asociado, en el que el número de animales aumentó en un 15% en el periodo global 2015-2022, pero da muestras de estabilización en los años 2021 y 2022.

Conforme a la normativa comunitaria, España ha diseñado las ayudas directas asociadas a la producción, tanto para cultivos como para ganadería, atendiendo a factores socioeconómicos, medioambientales o agroclimáticos, con el fin de respaldar y contribuir a la continuidad de la actividad agraria en los sectores o tipos de explotaciones más vulnerables que se enfrentan a dificultades de competitividad o que requieran de un apoyo específico por sus particularidades sectoriales.

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