Tras dos años campañas consecutivas muy duras, en las que no se ha podido sembrar el tomate industrial debido a la falta de agua, la fábrica de la cooperativa de Lebrija vuelve a abrir sus puertas y a teñirse de rojo.

La campaña de recolección de tomate para industria ya ha comenzado en el Bajo Guadalquivir, concretamente, en el sector B12, la mayor zona productora de la provincia de Sevilla. Se trata de un cultivo muy arraigado en la zona, debido a la fuerte implantación en municipios como Lebrija, Las Cabezas de San Juan, Utrera y Los Palacios. Sin embargo, la sequía había impedido que los agricultores pudieran sembrar este producto, ante la falta de agua, por lo que muchos productores habían abandonado el cultivo o, en el mejor de los casos, se habían trasladado a otras zonas con mayor dotación hídrica como la provincia de Cádiz.

Esta situación ha puesto al límite a la mayor cooperativa productora del tomate industrial de Andalucía, Las Marismas de Lebrija S.C.A, que se ha visto obligada a cerrar su fábrica durante las campañas 2022 y 2023 y a aplicar expedientes de regulación de empleo en su plantilla.

Sin embargo, las abundantes lluvias de Semana Santa abrían un nuevo escenario para la cooperativa y sus asociados, que pudieron realizar plantaciones en el mes de abril y mayo

Así, las perspectivas de la actual campaña de tomate industrial son “muy positivas”, ya que “contamos con una superficie superior a las 1.100 hectáreas y el desarrollo del cultivo ha sido bueno, pues las tierras estaban muy descansadas, por lo que esperamos un rendimiento en consonancia con la media histórica, que son unos 120.000 kilos por hectárea”, señala el representante sectorial de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, José Tejero, quien también es presidente de la entidad.

Aunque la superficie sea inferior a la de la última campaña productiva, la de 2021, cuando la plantación superó las 1.700 hectáreas, “estamos viviendo la campaña con mucha ilusión, a sabiendas de poder afrontarla con garantías”. Así, Las Marismas de Lebrija vuelve a crear empleo en la comarca en los meses estivales, ya que, “cuando la campaña esté a pleno rendimiento habrá trabajando en torno a 300 personas en la cooperativa, y será un revulsivo a nivel local”, explica el representante sectorial de la federación andaluza.

El concentrado procede, además, de un cultivo sostenible, ya que el tomate industrial se cultiva bajo el sistema de Producción Integrada. El respeto al medio ambiente se mantiene en todas las fases productivas, pues la cooperativa Las Marismas de Lebrija cuenta con una baja huella de carbono, ya que todo el proceso del tomate, como es la siembra, la plantación, el desarrollo, la recolección y el transporte tienen lugar en un radio de 15 kilómetros.

Además de ser referente en el concentrado de tomate a nivel andaluz, la cooperativa de Lebrija cuenta con un arraigado compromiso con la calidad y la excelencia para ofrecer productos que cumplen con los más altos estándares internacionales, procesando a diario miles de toneladas de los mejores tomates cultivados en el Bajo Guadalquivir bajo un modelo de sostenibilidad que apuesta por la innovación, lo que hacen que el concentrado de Las Marismas sea demandado en todo el mundo. De hecho, la mayoría de la producción se exporta a países como Reino Unido, Japón, Alemania, Italia y Francia, principalmente.

La campaña actual de tomate industrial se prolongará en el Bajo Guadalquivir hasta mediados de septiembre.

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