Lorenzo Rivera Prieto / Coordinador de la Alianza UPA-COAG

La ruptura de los acuerdos de gobierno por parte de VOX con el Partido Popular en las Comunidades Autónomas donde gobernaban en coalición, ha traído como consecuencia cambios en prácticamente todas las consejerías que VOX asumía.

Aquí en Castilla y León, además de la dimisión del vicepresidente, son cesados los consejeros de Industria y de Agricultura. Amén de la sorpresa para la gran mayoría, en tres días tenemos dos nuevas consejeras en sustitución de los cesados.

Una de ellas es María González Corral, nueva titular de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural. No es una desconocida para nosotros, ya que en su trayectoria profesional ha pasado por el ITACYL y también como directora general de Desarrollo Rural en la etapa de Jesús Julio Carnero.

María González tendrá que afrontar esta nueva responsabilidad. Además de con ganas, algo de lo que estoy convencido que hará, con criterios y decisiones claros, respecto al proyecto de política agraria que debe tener esta Consejería.

El Desarrollo Rural define perfectamente uno de los objetivos de nuestro campo. Algo muy complicado en nuestra comunidad de 94.000 km cuadrados, muy extensa y poco poblada: 2,4 millones de habitantes.

Además de emplearse a fondo en esa dirección de Desarrollo Rural deberá María González priorizar cuestiones importantes y que sean competencia de su Consejería.

Una de ellas es el relevo generacional del campo, algo imprescindible junto a una política clara en defensa del regadío como motor económico y dinamizador del medio rural. No sólo de empleo, sino que también de fijación de población. Sin regadíos no hay futuro.

La gran mayoría de las explotaciones se sostienen gracias a la cobertura de parte de la explotación dedicada al regadío o bien compartida con una explotación ganadera.

El cambio climático y las bajadas de precios de los cereales colocan a las explotaciones de secano en serio riesgo de viabilidad económica.

También será otro de los objetivos la elaboración de propuestas para la nueva PAC de 2027, que tendrá que confeccionarse en la UE. No podemos quedar al margen de su diseño como ocurrió con la actual PAC, en la que se ignoró al sector formando más peso lobbies de presión, que poco o nada conocen del campo.

Si el clima no ayuda y las Administraciones tampoco, estamos perdidos. Deben diseñarse políticas agrarias con objetivos claros y realistas, no utopías. Además, específicas de cada país o región para no volver a caer en el mismo error. Los países del sur de Europa tenemos cada vez más dificultad con el clima y debemos diferenciarnos del resto. Los objetivos para mejorar el medioambiente, el suelo y la lucha contra el cambio climático se pueden cumplir de forma equilibrada para no perder la sostenibilidad económica de las explotaciones, ni tampoco perder la competitividad ante un comercio global.

Si no se tienen en cuenta estas premisas para la nueva reforma de la PAC seremos los países del sur los más perjudicados. Los parias de la UE.

Y desde luego, para una aplicación efectiva de la Ley de la Cadena, el observatorio de costes para todos los eslabones de la agroalimentación supone el mayor avance y es lo más justo.

María González tendrá en sus manos la niña bonita de todas las Consejerías. La que produce alimentos de gran calidad, la que diseña el paisaje de diferentes colores con sus campos de cereal, colza, viñedos, etc. Esa que abastece los mercados de excelentes carnes, embutidos, quesos procedentes de una magnifica ganadería que por desgracia pierde explotaciones por múltiples factores.

En fin, María González, tenemos mucho trabajo para poder presumir algún día de Castilla y León como la región más rica y variada en la producción de alimentos de altísima calidad en la que, además, sus agricultores y ganaderos están orgullosos y contentos. Ese es el objetivo. “Ojalá que la niña bonita lo consiga”.

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