La Organización Interprofesional Láctea (InLac) apela al consumo de alimentos lácteos de Origen España para fomentar el relevo generacional, garantizar la viabilidad del sector lácteo y el futuro y el empleo en las zonas rurales a través de la campaña “Te lo Agradece”. ¿Pero saben los consumidores cómo reconocer en el etiquetado la procedencia de los alimentos lácteos que llegan a nuestra mesa?

Aunque muchos consumidores lo desconocen, ya en enero de 2019 entraba en vigor el Real Decreto 1181/2018 que obliga a los fabricantes de leche y lácteos a informar a los consumidores acerca del origen de la leche que utilizan como ingrediente para su elaboración. Esta normativa se aplica a la leche de vaca, cabra y oveja, así como a cualquier otro alimento que contenga más de 50% de leche como ingrediente, como leche, nata, mantequillas, quesos, yogures o leches fermentadas. En estos casos, se debe indicar el país de ordeño y el país de transformación, una normativa que sigue vigente hasta nuestros días.

“Identificar el origen nacional es muy fácil. Solo hay que fijarse en el etiquetado y en los envases, que deben indicarlo claramente. En algunos casos, el logo “3 al día” nos ayudará a conocer el origen es español. ¿Y por qué 3 al día? Porque es la recomendación de consumo medio que recomienda la evidencia médica y científica: 3 raciones entre leche, queso o yogur, para llevar una vida saludable y prevenir enfermedades”, ha recordado la directora gerente de InLac, Nuria María Arribas.

Actualmente, la entrada de leche y lácteos foráneos en nuestro país arroja cifras impactantes. En 2023, por ejemplo, se comercializaron en España un total de 893.000 toneladas procedentes del extranjero, el dato más alto de los últimos 10 años, frente a las 538.000 exportadas por las cooperativas e industrias nacionales. Nuestro país importa muchos más lácteos de los que exporta, con un saldo comercial negativo superior a los 1.065 millones de euros en 2023. En concreto, España importó lácteos el pasado año por valor de más de 2.727,5 millones de euros.  “Consumir lácteos de origen nacional es la vía adecuada para asegurar el futuro de los profesionales del sector y los ecosistemas rurales y luchar contra el avance de la España vaciada”, apunta Arribas, quien puntualiza que “el origen sí importa, por muchas razones”.

“El consumidor debe reconocerse el valor que hay detrás de cada vaso de leche, yogur o trozo de queso. Al respaldar a nuestro sector productor y transformador eligiendo lácteos españoles, no solo estamos preservando nuestra cultura e identidad gastronómica, sino que, además, apoyamos la economía y el empleo en las zonas rurales”, especifica la directora gerente.

Además -prosigue Arribas- son alimentos muy saludables, de proximidad, indicado para todas las etapas de la vida. “El consumo de al menos 3 lácteos al día es la recomendación que hacen los expertos, la sociedad médica y también la Fundación Española de la Nutrición (FEN). Los lácteos son alimentos situados en la base de la pirámide nutricional, fuente de nutrientes esenciales para el organismo y en el marco de una dieta variada y equilibrada, contribuyen a tener un hábito de consumo saludable”, añaden desde InLac.

ECONOMÍA Y EMPLEO EN CIFRAS

La economía, el empleo y la sostenibilidad de amplias zonas rurales depende del sector lácteo vacuno, ovino o caprino, especialmente en Galicia, Cantabria, Asturias, Andalucía, Castilla y León o Castilla-La Mancha, por citar sólo algunos ejemplos, aunque la actividad es relevante en prácticamente todo el territorio peninsular e insular.

En líneas generales, la cadena de producción, transformación y comercialización factura en torno a 12.700 millones de euros al año y genera más de 70.000 empleos directos.

El sector cuenta, además, con unos 1.700 centros autorizados para la recogida y transformación de leche. A lo largo de 2023, de media, 17.100 ganaderos realizaron entregas de leche, de los cuales 10.300 son de vaca, 2.800 de oveja y 4.000 de cabra.

Mientras tanto, la industria láctea tiene un papel relevante en el sistema alimentario debido a la amplia gama de alimentos que elabora tanto para su consumo directo como para su incorporación como ingredientes en la fabricación de otros alimentos. Genera unos 10.700 millones de euros al año, lo que supone el 8,80% de la actividad de la industria de alimentación y bebidas españolas, y emplea a unas 27.300 personas, el 7,29% del empleo de la industria alimentaria

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