La Comunidad de Labradores y Ganaderos de Almendralejo (CLYGAL) reclama a la Junta de Extremadura que, ante la imposibilidad de que se destinen los fondos europeos a la financiación de una parte del Proyecto de Regadío, esos 104 millones de euros redunden en beneficio de los agricultores de Tierra de Barros, «ya que estamos ante un sector y un colectivo profesional que atraviesa serias dificultades en los últimos años».
La Comunidad de Labradores propone que parte de esa partida se dedique a una nueva convocatoria para la Producción Integrada del Olivar, así como a la reestructuración de estos cultivos de secano, para hacerlos rentables, ya que se encuentran en clara desventaja frente a las plantaciones intensivas y semi intensivas por su escasa producción frente a estas tierras.
También sugiere que una parte de esos 104 millones de euros de los Fondos de Desarrollo Rural vayan a parar a los jóvenes agricultores, para así incentivar la incorporación de nuevos labradores al sector, que sufre un serio problema de relevo generacional y corre el riesgo de que muchas tierras acaben abandonadas.
Asimismo, considera que sería una buena inversión destinar parte de esa partida al acondicionamiento de la red de caminos rurales, que se encuentran en mal estado, y que los agricultores utilizan a diario para el desarrollo de su actividad.
La organización agraria no renuncia al Proyecto de Regadío y propone que se vuelva al punto de partida, para que Administración Central, Junta de Extremadura y Regantes financien las obras, como se acordó en un principio, cuando no se contemplaba financiación directa de la Unión Europea.
La Comunidad recuerda que «esta situación es consecuencia de la incompetencia manifiesta del Gobierno de Guillermo Fernández Vara y de las mentiras de su Secretario General de Agricultura, Mejías Tapia, que fueron incapaces de licitar el Proyecto de Regadío de Tierra de Barros en tiempo y forma, ya que ni siquiera obtuvieron las autorizaciones e informes medioambientales necesarios, tanto de España como de Europa, para comenzar las obras que anunciaron en su día que podían comenzar, a sabiendas de que era imposible, porque entre otras razones el propio Vara las paralizó ante la Comisión Europea«.