La entrada de la viruela ovina en España en septiembre de 2022 provocó que China, el principal comprador de lana española, cerrase sus fronteras a este subproducto lo que ha llevado a que más de un año y medio después haya toneladas acumuladas en los almacenes y que incluso no esté cotizando en las lonjas.

La actual campaña de esquileo está cerca de culminar y la lana, por segundo año, tampoco encontrará salida, en gran parte, según ha alerta el sector.

Hay que tener en cuenta que, según los últimos datos de Comercio Exterior, nuestro país ha exportado en el último año móvil (a marzo) algo más de 9.000 toneladas de lana española, con China cerrada, frente a las más de 14.000 toneladas anuales antes de que cerrase el gigante asiático.

Algo más de la mitad de ese volumen de ventas al exterior iba destinado a este país asiático.

El presidente de la interprofesional del ovino y del caprino de carne (Interovic), Raúl Muñiz, aprovechó hace dos semanas un encuentro con el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, para poner el foco en este asunto y pedir un esfuerzo «diplomático» para que China vuelva a comprar lana, dado que España ya recuperó su estatus de libre de viruela ovina y caprina.

Precisamente el sector está muy pendiente de la visita estos días del ministro Planas a China, con motivo de la celebración del salón SIAL, para ver si se consigue algún avance al respecto.

CIERRE DE CHINA Y MENOS DEMANDA

Es lo que comenta a Efeagro el ganadero y secretario general de la Asociación Española de Criadores de Raza Merina (Aecme), Felipe Molina, quien cree que la apertura de China «no es ya un problema sanitario, sino político».

En su caso, le han recogido la lana pero no le han podido ofrecer un precio estimado de a cuánto le liquidarán el kilo de lana debido a esa incertidumbre.

Una situación que contrasta con 2019 cuando China «tiró con fuerza» de la demanda de lana y se llegó a pagar a 2,40 euros el kilo de lana merina en 2019.

Molina vende su lana a la compañía extremeña Digaisa, que está asociada a Lanas de Extremadura para comercializarla conjuntamente bajo la sociedad Iberwool Spain y cuya área de influencia se extiende a Extremadura, Ciudad Real o Córdoba.

El administrador de Lanas de Extremadura e Iberwool Spain es Marco Antonio Calderón que, en declaraciones a Efeagro, ha añadido al problema del cierre de China el hecho de que la demanda mundial de lana está cayendo en favor de otras materias primas para el textil.

De hecho, cree que China, más allá de sus reticencias a nivel sanitario, tampoco tiene mayor interés en abrir el mercado a la lana española porque «no tienen una demanda» potente.

MANTENER A LA PLANTILLA

Ante la situación, estas empresas han apostado por mantener su actividad de recogida y clasificación de lana para no tener que despedir a plantilla ya que se trata de una labor específica que requiere formación.

«Estamos haciendo una apuesta por mantener la plantilla» a pesar de que el negocio de la lana «no es rentable en estas dos últimas campañas».

Por el momento, siguen teniendo capacidad de acopio, alquilando nuevos almacenes, pero reconoce que esta estrategia puede cambiar si la situación sigue lo mismo la próxima campaña.

De ahí que confíen en la diplomacia para desatascar la situación con China porque ese destino absorbía el 80 % de la lana española que exportaban que, por cierto, es la gran mayoría (venden el 95% fuera de España).

Otra de las grandes comercializadoras es la cooperativa extremeña Comercial Ovinos cuyo director gerente, Francisco José Arias, ha descrito una situación similar, con una demanda en caída por el cierre de China y por el menor interés del mercado de la moda y el textil que se están decantando más por fibras sintéticas, como la acrílica, o el algodón.

Pero su principal hándicap para la venta es ese cierre de China, el principal destino de la lana de Comercial Ovinos, una cooperativa que cada campaña recoge cerca de tres millones de kilos de lana, una cantidad similar al stock que ahora tendrían, según estima.

Por el momento también están retirando la lana a sus socios gracias a una capacidad de almacenaje «bastante grande».

El sector lanero español, por todo ello, confía en las gestiones diplomáticas con China para que abra sus fronteras a este subproducto, se desatasque la situación y la lana vuelva a revalorizarse.

(Texto: Juan Javier Ríos / Efeagro)

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