Agricultores y ganaderos, convocados por Juventudes Agrarias de la COAG Andalucía, han llevado a cabo este martes un reparto de hortalizas en las puertas del Parlamento andaluz para exigir a los gobiernos una apuesta contundente por el relevo generacional en el campo, ya que han alertado de que «está en juego la alimentación del mañana, la soberanía y la seguridad alimentaria».

Los jóvenes agricultores han instalado un expositor para informar de la «diferencia abismal entre los precios de origen y destino -lo que recibe un agricultor y lo que paga el consumidor-«, así como de la necesidad de una apuesta por el relevo generacional en el campo porque, según reza uno de los carteles instalados en el acto reivindicativo, «si los agricultores y ganaderos se están jubilando, ¿quién va a producir alimentos dentro de pocos años».

Además, han llevado a cabo un reparto gratuito de productos del campo andaluz, traídos de las distintas zonas productivas de Andalucía, y numerosos ciudadanos se han llevado una bolsa con berenjenas, tomates, zanahorias, espárragos, limones, patatas, pepinos, pimientos, aceite y miel.

Con este acto de protesta, que tan buena acogida ha tenido por parte de los ciudadanos, Juventudes Agrarias de COAG Andalucía ha querido lanzar un SOS, para pedir ayuda y el apoyo de todos, de los gobiernos, de todos los representantes políticos y, por supuesto, de la opinión pública.

En este sentido, han hecho hincapié en que sus problemas de acceso a la actividad agraria son también un problema para todos los andaluces, ya que está en juego la alimentación del mañana, la soberanía y la seguridad alimentaria de Andalucía. Porque, según dicen, ‘sin tractoreo, no hay papeo’.

Y es que, a pesar de que el sector se ha profesionalizado, de que Andalucía cuenta con un tejido productivo modélico y de que los jóvenes que quieren incorporarse a la actividad agraria están formados y preparados, nunca antes, por increíble que parezca, ha sido tan difícil el acceso de los jóvenes al campo.

Clara Torreblanca, responsable de Juventudes Agrarias de Andalucía lo ha explicado que «el principal motivo es que la alimentación está siendo presa de las ansias especulativas del mercado financiero, que ven en la industria agroalimentaria un valor seguro tras la crisis del ladrillo. Por ello, hacen acopio de nuestras tierras y de nuestra agua, implantando un modelo productivo súper intensivo, que está acabando silenciosamente (y con la connivencia de los gobiernos) con la agricultura social y profesional que tenemos en Andalucía y que da vida a nuestros pueblos, que revierte en el territorio, crea riqueza y empleo, fija población y es sostenible”.

“Así -añade-, los jóvenes que apostamos por coger el tan necesario relevo generacional en el campo, que queremos dedicarnos a ser agricultores y ganaderos, a producir alimentos de calidad y a cuidar nuestro medio ambiente, nos vemos arrinconados por los todopoderosos fondos de inversión, que no nos dan opción a coger tierras (David contra Goliat), y que monopolizan las estructuras comerciales, así como por numerosas zancadillas que hacen que muchos de nosotros, a pesar de la ilusión y las ganas, tiremos la toalla por el camino”.

UN PLAN DE CHOQUE QUE «DERRIBEN LOS MUROS A LOS QUE SE ENFRENTAN LOS JÓVENES»

Por ello, los jóvenes agricultores y ganaderos exigen a los gobernantes un plan de choque que derribe los muros a los que se enfrentan los jóvenes que se quieren incorporar a la actividad agraria.

Estos muros que impiden el relevo generacional en el campo son:

–          Dificultad de acceso a la tierra

–          Trabas burocráticas infinitas

–          Ayudas mal diseñadas, insuficientes, ineficaces y/o otorgadas con criterios equivocados que no llegan a los que más la necesitan.

–          Falta de incentivos a todos los niveles

–          Falta de apuesta real y potente para la incorporación de los jóvenes a la actividad agraria

–          Perjuicios derivados de la crisis del sector agrario:

  • Falta de rentabilidad: Bajos precios en origen e inasumible subida de costes de producción. Asfixia económica.
  • Desequilibrio de la cadena alimentaria por la falta de control por parte del Gobierno
  • Burocratización inasumible e innecesaria a todos los niveles
  • Competencia desleal por entrada sin control de productos importados de terceros países: hunden los precios en origen, desestabilizan el mercado y suponen un riesgo para la salud pública.

 Y éstas son las reivindicaciones de los jóvenes agricultores y ganaderos andaluces:

TABLA REIVINDICATIVA

  • Ayudas que lleguen a todos los jóvenes que lo necesitan.
  • Criterios de concesión más eficaces y justos
  • Ayudas con presupuesto suficiente para impulsar de verdad la incorporación. Nadie se puede quedar fuera si lo necesita.
  • Protección al tejido producto andaluz y defensa del modelo social y profesional frente a las grandes inversiones en tierras y estructuras comerciales que hacen dumping y hunden nuestros precios.
  • Simplificación de los trámites burocráticos y acercamiento de la administración al medio rural y a los jóvenes, en concreto.
  • Nuevos incentivos fiscales para la incorporación
  • Control de los desequilibrios de la cadena. Prohibición de venta a pérdidas, precios justos en origen con margen de rentabilidad.
  • Defensa de la soberanía alimentaria
  • Control riguroso de las importaciones de terceros países, tanto en cantidad (contingentes), como en calidad (seguridad alimentaria)
  • Control riguroso del fraude en el etiquetado de los productos
  • Promoción del consumo de productos de cercanía
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