Los agricultores de Castilla y León y de La Rioja han trasladado sus protestas al Puerto de Santander, en una protesta organizada en unidad de acción por Asaja, COAG y UPA, para reclamar la implantación de aranceles al cereal proveniente del centro y el este de Europa, o al menos frenar su «masiva» importación, así como que se inmovilice la enorme cantidad de cereal ya acumulada en el Puerto.

Asimismo, han denunciado la situación crítica que vive el sector y especialmente los precios ruinosos que se están pagando por el cereal, cuya cotización se ha hundido por causa de las masivas importaciones de grano procedente de terceros países, como Rusia y especialmente de Ucrania.

Para participar en la protesta se han desplazado hasta allí varios centenares de agricultores y ganaderos en autobuses y coches particulares desde provincias limítrofes de Castilla y León, como Palencia, Soria, Valladolid y Burgos, respaldados por los responsables provinciales de ASAJA y los presidentes de la OPA en La Rioja y Castilla y León.

Las organizaciones de agricultores reclaman que se inmovilice la enorme cantidad de cereal ya acumulada en el Puerto de Santander hasta que se le pueda aplicar de nuevo aranceles, así como a la futura mercancía que pudiera seguir llegando de terceros países. El caso de Ucrania es especialmente masivo, siendo España el segundo país importador de su cereal, solo superada por China.

Las importaciones ucranias están llegando sin aranceles ni cláusulas de salvaguardia, lo que implica un precio inusualmente bajo, que ha llevado las cotizaciones de cereal en España a los 200 euros tonelada, cien euros por debajo del precio mínimo (unos 300 euros) para que los agricultores españoles compensaran lo invertido.

Según los datos de la Lonja del Ebro y de la Lonja de León, los cereales ya se han depreciado en torno a un tercio este último año, debido sobre todo a esa importación masiva sin arancel. Esta pérdida continua de rentabilidad en el cereal explica por qué en los últimos años se ha producido un descenso brutal en la superficie cultivada en Castilla y León, que ha caído desde 2 millones de hectáreas a los 1,6 millones actuales, derivándose el resto de superficie a otras producciones como las oleoginosas, proteaginosas, forrajes o incluso barbechos, para al menos no perder.

ASAJA pide, tanto para el grano ucraniano, como para el de terceros países que llega a nuestros puertos, la imposición de unos aranceles que graven estas importaciones o cláusulas espejo que garanticen que este grano de fuera cumple con las mismas garantías sanitarias, fiscales y laborales que se exigen a los agricultores europeos.

Justo esta semana está prevista la negociación a tres bandas entre la Comisión Europea, el Consejo y el Parlamento sobre la prórroga de las medidas comerciales especiales tomadas en apoyo a Ucrania, por lo que es fundamental que se valore el daño que se está causando a los agricultores europeos y se establezcan medidas compensatorias. “No estamos en contra el apoyo a Ucrania, solo que no puede recaer sobre las espaldas de los agricultores”, señala Donaciano Dujo.

La medida de protesta de este lunes en Santander se enmarca dentro de la movilización que se va a llevar a cabo a nivel europeo en contra de prorrogar un año más la exención de arancel para las importaciones de Ucrania.

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