Juan Pascual / Veterinario y Autor del libro “Razones para ser omnívoro”
Los que conocemos el mundo ganadero sabemos que muy a menudo nos encontramos con titulares que degradan, desprestigian esta noble labor acusándola de calentar el planeta, destruir la biodiversidad o de ser la razón de la deforestación del Amazonas. Los productos animales como carne o leche son también acusados de provocar diabetes, obesidad o cáncer entre otras lindezas.
Y es que quienes defienden estas posturas tienen altavoces mediáticos muy potentes. El último ejemplo podemos encontrarlo en la cadena de streaming Netflix que después de haber emitido documentales tendenciosos y conspiranoicos como «Cowspiracy» y «Seaspiracy», nos regala ahora con una nueva emisión llamada “Somos lo que comemos”. Este título ha captado la atención del público en España, situándose entre los más vistos recientemente.
Lo que se presenta como un análisis de una investigación dietética con gemelos, en realidad dedica una fracción mínima del tiempo a los resultados de este estudio. En cambio, se enfoca en criticar intensamente la industria de productos animales: carnes, lácteos, pescados y huevos.
Para quienes se preguntan qué hay de verdad en este programa o que reciben preguntas de su entorno sobre este particular, me gustaría dedicarles estas líneas que analizan a la luz de la ciencia su contenido.
Una mirada a las fuentes de financiación revela que la producción ha sido financiada por la Fundación Vogt, impulsora de dietas vegetales. El responsable del estudio, el Dr. Christopher Gardner se identifica abiertamente como predominantemente vegano y admite haber recibido fondos de Beyond Meat, conocidos por sus hamburguesas vegetales.
El estudio tiene fallos metodológicos significativos. Aunque las dietas de los participantes son controladas durante las primeras cuatro semanas, a partir de la quinta semana cada uno prepara sus alimentos. Cada par de gemelos tiene metas distintas -como aumentar masa muscular o reducir grasa visceral – pero se omite cualquier referencia a otros hábitos de vida como el tabaquismo o el sedentarismo que pudieran tener antes del inicio del test.
Cuando se aborda el tema de la agricultura y ganadería, el documental no duda en mezclar verdades a medias -las peores mentiras- y directas falsedades. Por ejemplo, se combinan emisiones directas e indirectas para exagerar el impacto ambiental de la agricultura sobre el transporte, contradiciendo informes de la FAO. Se establece una relación causa-efecto entre el consumo de hamburguesas y la deforestación del Amazonas, ignorando otras tanto o más importantes como la minería o la agricultura intensiva.
Además, la fundadora y propietaria de una empresa de quesos veganos interviene para comparar el queso con las drogas, sin base científica alguna, pues no la hay en absoluto.
Tampoco se salvan la pesca y la acuicultura, criticadas ferozmente sin explicar que no habría tierra suficiente en las que cultivar los vegetales que deberían substituir los 200 millones de toneladas de pescado que consume la humanidad anualmente.
Se difunden afirmaciones infundadas, como que una dieta vegana previene enfermedades como el Alzheimer o que abstenerse de lácteos evita el Parkinson.
Incluso aparece el alcalde de Nueva York, quien atribuye su recuperación de la diabetes al hecho de convertirse en vegano gracias a una recomendación que encontró en Google. Es muy lamentable que un político de esta entidad desdeñe a los médicos y anime a autodiagnosticarse. Lo que tampoco se dice en el documental es que este mandatario ha sido sorprendido consumiendo pescado.
Por su parte, el restaurante Eleven Madison Park, que también está muy presente en el reportaje y que optó por un menú totalmente vegetal, fue sorprendido sirviendo carne en espacios exclusivos.
En cuanto a los resultados del estudio, aunque se observa una disminución en los niveles de colesterol con la dieta vegana, se ve también que con esta dieta hay un aumento de los triglicéridos o una pérdida preocupante de masa muscular.
Espero que estos puntos sirvan de apoyo en las conversaciones que, sin duda, surgirán sobre esta emisión. A pesar de que este mensaje alcanzará a unos pocos, frente a los millones de suscriptores de Netflix, la ciencia y el análisis crítico son herramientas poderosas. En esta ocasión, también, David vencerá a Goliat.
Publicado en realidadganadera.es
La industria de la carne lleva años pagando a científicos y universidades para bloquear políticas climáticas:
https://www.eldiario.es/sociedad/industria-carne-lleva-anos-pagando-cientificos-universidades-bloquear-politicas-climaticas_1_10970390.html
Y además cabe mencionar que los gemelos son negros, no sea que algunes se ofendan