La consejera andaluza de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, Carmen Crespo, ha subrayado que «la complicada sequía estructural que afecta a Andalucía está empujando a los productores a ir aún más allá en su ya importante apuesta por la eficiencia hídrica en el campo». «El objetivo está claro: poder seguir obteniendo alimentos de calidad para abastecer al mundo a pesar de la escasez de agua» reduciendo aún más la huella hídrica y de carbono, ha recalcado.
Para Crespo, «es imprescindible seguir avanzando en la modernización de las explotaciones agrícolas porque la digitalización trae al campo numerosas ventajas que pueden tener una gran incidencia en la economía de los productores, especialmente en momentos de sequía». «Los invernaderos andaluces son ya un ejemplo internacional de buen uso del agua, pero si aplicamos la última tecnología a estas infraestructuras podremos reducir aún más su huella hídrica y de carbono», ha subrayado. La consejera ha apuntado que «esta apuesta por la modernización y digitalización contribuirá a aumentar la competitividad de un sector que es básico para la economía de Andalucía y que quiere mantenerse como punta de lanza de la sostenibilidad agroalimentaria».
El Gobierno andaluz respalda a los productores, entre otras vías, mediante la concesión de ayudas que compensan las inversiones destinadas a poner al día las explotaciones.
Este es el caso, por ejemplo, de las subvenciones por cerca de 11,4 millones de euros concedidas para impulsar la sostenibilidad y la competitividad del sector agrario andaluz mediante la modernización de invernaderos y la incorporación de las últimas innovaciones y tecnologías al campo. Casi 100 agricultores andaluces se benefician de estos incentivos que respaldan la transformación integral y modernización de invernaderos para que cuenten con tecnología 4.0 y sistemas de agricultura de precisión.
Como ha destacado Carmen Crespo, el Gobierno autonómico «apuesta por avanzar de la mano de las organizaciones profesionales agrarias para abrir a Andalucía a una Agricultura Inteligente (Smart Farming) que permita garantizar la eficiencia, sostenibilidad y rentabilidad de la actividad en el futuro». Precisamente para lograr este objetivo, la Consejería tramitará en 2024, por primera vez, una línea de ayudas de asesoramiento dirigida a estas entidades representativas del sector agrario que ejercen de enlace entre la Administración y los productores.