La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) denuncia “una grave inseguridad en el medio rural, no solo a causa de sustracciones millonarias como el robo de cosechas enteras o de instalaciones de riego, sino también por el goteo de pequeños hurtos que se producen todos los días y que hunden en la desesperación a agricultores y ganaderos”.
Un ejemplo de estos pequeños hurtos tuvo lugar este domingo 15 a escasos metros del núcleo urbano de Bétera. El asociado de AVA-ASAJA, Leopoldo Navarro, sufrió el robo de plantones de algarrobo que habían sido plantados este mismo año. El número de árboles sustraídos es de 16, con un precio de unos 20 euros por plantón, pero Leopoldo se muestra “indignado” porque ha perdido de la noche a la mañana parte de la inversión que había realizado para buscar una alternativa de cultivo en su explotación. Además, Leopoldo había tenido que esperar varios meses para adquirir estos plantones de algarrobo, ya que en los últimos años su demanda se había disparado al calor de los precios que venía percibiendo este fruto seco.
AVA-ASAJA informa de que los hurtos también se ceban sobre trampas de la mosca de la fruta, aperos y otros elementos agrarios que, si bien no representan un elevado valor económico, suponen un quebranto momentáneo en el desarrollo de la actividad agraria.
El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, critica “la falta de respeto por la propiedad privada que demuestran muchas personas. La propiedad privada debería ser tenida mucho más en cuenta, como ocurre en otros países europeos, y los delitos deberían estar mucho más penalizados”.
Ante la reiteración de pequeños hurtos agrarios, Aguado insta a la clase política y a los centros de innovación a “plantearse el uso de nuevas tecnologías (códigos, microchips, etc.), que son cada vez más económicos y aplicables en la vida cotidiana, para que las fuerzas de seguridad puedan identificar elementos fijos del campo (plantas de vivero, trampas contra plagas, etc.) en caso de haber sido robados recientemente”.