La organización agraria APAG Extremadura Asaja ha pedido al Gobierno nacional y al regional ayudas para los viticultores, como ha sucedido en Andalucía, con un presupuesto de diez millones de euros que garanticen al menos 20.000 euros por explotación.

En un comunicado, ha exigido a la Junta de Extremadura y al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ayudas para las producciones excluidas de las anteriores convocatorias como los cultivos permanentes, tales como el olivar y la vid.

Ha indicado al respecto que la producción vinícola se encuentra «a las puertas de una campaña con daños por las distintas olas de calor en la producción, que la convertirá en una temporada difícil y costosa para los viticultores».

La organización agraria recuerda que tanto en el Decreto Ley 3/2023 publicado el pasado 22 de mayo en Extremadura, como en el Real Decreto Ley Nacional, quedaron excluidas de ayudas importantes los cultivos permanentes, como el olivar y la vid.

“Nuestras viñas y olivares vienen padeciendo, igual que todo el sector agroganadero, las graves consecuencias de la guerra de Ucrania o la subida de los insumos en todas nuestras necesidades (fertilizantes, fitosanitarios o gasóleo)”, explican desde Apag Extremadura Asaja.

En ese sentido, especifican que este año ha sido la peor campaña conocida de los últimos años en cuanto a la producción del olivar en la mayoría de las zonas de Extremadura  por la sequía y, prácticamente, sin cosecha en el caso de los olivares tradicionales.

Por su parte, el año vinícola atraviesa una complicada situación con producciones aceptables, pero con unos precios de ruina y acogiéndose a medidas de regulación del mercado, como la cosecha en verde y la destilación de crisis, por lo que reclaman esas ayudas de al menos 20.000 euros por explotación.

Por todo esto, ante esta complicada situación la organización agraria exige a las administraciones, tanto regional como nacional, «que ofrezca respuestas necesarias para dar viabilidad a las explotaciones de cultivos permanentes».

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