Tras cuatro meses de intensa labor sindical, la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón, UAGA-COAG, ha conseguido que el Departamento de Agricultura del Gobierno de Aragón se comprometa a considerar a la apicultura como un sector más de ganadería extensiva. Esta equiparación con el ovino y el vacuno les permitirá a los apicultores acogerse a las ayudas que se establezcan desde las diferentes administraciones para salvaguardar a la ganadería extensiva.
Desde el pasado mes de febrero, los apicultores han venido denunciando la delicada situación en la que se encuentra el sector tras dos campañas de miel desastrosas y soportando además el aumento de los gastos de producción derivados de la guerra de Ucrania y también de la sequía, sin que la apicultura fuese incluida en ninguna de las medidas aprobadas por el Gobierno en el año 2022.
UAGA siempre ha considerado a la apicultura como una ganadería extensiva más por todos los beneficios medioambientales que derivan de esta actividad, principalmente por la labor polinizadora y de mantenimiento de la biodiversidad que desempeñan las abejas. En ese sentido, la organización agraria señala que está demostrado científicamente el incremento de producción que supone la polinización de las abejas para las cosechas, “más del 75 % de los cultivos alimentarios del mundo dependen en cierta medida de la polinización”[1]. La independencia de la polinización realizada por insectos que prometen las variedades “autofértiles” es una quimera como ha quedado demostrado, apreciando incrementos de producción solo del 20% en esas variedades de almendros y de hasta el 100% en variedades convencionales[2],[3].
Sin embargo, la situación actual, tal y como alerta desde hace tiempo el sector apícola de UAGA, es crítica para las abejas. La varroa (ácaro que se alimenta de la abeja) es el principal factor que está mermando la población de las colmenas, pero la afección más importante han sido las intensas olas de calor del verano pasado (precedidas de heladas en la primavera) y la sequía de este año, que perjudicaron gravemente a la floración de la vegetación en los montes y también de los árboles frutales y almendros, lo que ha impedido que las abejas puedan alimentarse y realizar su labor polinizadora. Esto ha obligado a los apicultores a suplementar el alimento para evitar la muerte de la colmena.
Si la situación es crítica para las abejas, para los apicultores también es de extrema necesidad. UAGA recuerda que estos profesionales han tenido que afrontar el aumento de los costes de producción, entre ellos el gasoil (muchas explotaciones son trashumantes), sin poder recuperar esos gastos con la venta de miel, ya que las campañas de recolección 2021 y 2022 han sido desastrosas.
Por todo lo expuesto y atendiendo a las reclamaciones de UAGA, el Departamento de Agricultura del Gobierno de Aragón catalogará a las abejas como ganadería extensiva y activará un plan de rescate dirigido a estos insectos polinizadores y a los profesionales de la actividad apícola.
[1] FAO, www.fao.org/fao-stories/article/es/c/1129811/
[2] Orlando Varela. “Polinización intensiva de cultivos frutales y de semilla.”
Juan Manuel Raigón. “Efecto de la incorporación de colmenas en la producción de almendro.”
[3] Saéz, A., & Graziani, M. M. (2020). Evaluación de la Dependencia de Polinizadores en el Cultivo de Almendro (Prunus dulcis var. Independence) en el Valle Central de California: Bee Pollination dependence in the «Independence» Almond variety (Prunus dulcis var. Independence) in California’s Central Valley in a work of Mc Ardle with stands of Pino oregon the NOA region. Investigación, Ciencia Y Universidad, 3(4), 122. Recuperado a partir de http://www.repositorio.umaza.edu.ar/index.php/icu/article/view/317