La nueva forma de cocinar en Europa debe ser, entre otras cosas, sana, segura, sostenible e innovadora. Una serie de características en las que destaca como ninguna otra la carne de conejo. Con su modelo de producción basado en los altos estándares europeos, el sector cunícola está apostando ahora por tres nuevos formatos que ya están dando sus frutos, y atrayendo a los consumidores que aún no estaban familiarizados con este secreto de la Dieta Mediterránea.
Impulsados por la interprofesional cunícola, INTERCUN, se trata de los muslos, los medallones y el medio conejo troceado. Un trío de cortes que se adapta perfectamente a los modos de vida actuales. Es decir, son prácticos y versátiles. ¿Y cómo se consigue eso? Sin ir más lejos, cada uno de ellos está concebido para un tipo de preparación: al horno, a la plancha y en guisos, respectivamente.
Y es que el sector sabe perfectamente que los consumidores demandan cada vez más productos flexibles y sencillos de preparar, que encajen en sus frenéticas vidas, permitiéndoles preparar en pocos minutos recetas sabrosas y diferentes. Por eso, el objetivo ha sido aportar aún mayor valor a una carne con enormes posibilidades culinarias que ofrece, además, unas altísimas garantías de calidad, sostenibilidad y respeto animal.
Otra de sus grandes virtudes, por cierto, es su perfil nutricional, ya que hablamos de una carne magra, rica en proteínas de alto valor biológico, en fósforo o en vitaminas del grupo B, que además tiene un bajo aporte calórico (131 kcal por cada 100 gramos). No en vano, las sociedades de nutrición, de hecho, recomiendan consumir este y otros tipos de carne blanca entre 3 y 4 veces por semana.
Sin contar con que resiste muy bien la congelación, tanto en crudo como una vez cocinada (durante unos 3 meses), por lo que se adapta perfectamente a modas gastronómicas como la del ‘batch cooking’. Por todo lo cual, esta innovación era exactamente lo que le hacía falta a la carne de conejo para consolidarse en la dieta de los españoles.
EN DEFENSA DE LA SOSTENIBILIDAD
Eso sí, no solo los nuevos formatos están ayudando a situar esta carne blanca como un referente entre las generaciones más jóvenes (y más comprometidas con el medioambiente). También su sostenibilidad, garantizada por un método de producción como el europeo, uno de los más exigentes del mundo en este ámbito, así como en otras materias igual de relevantes: respeto animal, seguridad alimentaria, calidad…
Aunque una de sus aportaciones menos conocidas es quizá su importancia económica y social para el medio rural. En efecto, el sector cunícola genera un gran número de puestos de trabajo directos e indirectos en la llamada España Vaciada, ayudando a mantener vivas las tradiciones y las formas de vida de lugares frecuentemente olvidados, y repartiendo la riqueza por todo el territorio.
No podía ser de otra manera, pues la nueva forma de cocinar en Europa debe unir las esencias del pasado y la visión de un futuro saludable, sostenible y, sobre todo, lleno de sabor. Algo en lo que sobresale la carne de conejo.