El Comité de Gestión de Cítricos (CGC), la asociación que aglutina a los exportadores privados españoles de cítricos, ya reclamó en septiembre a la Comisión Europea (CE) una investigación sobre el alcance de los incumplimientos registrados en cuanto a la aplicación del tratamiento de frío contra la ‘Falsa polilla’ en las importaciones europeas de naranjas de Sudáfrica. Ahora, según los datos de Europhyt del mes de febrero, se ha detectado la presencia de esta misma plaga, de la T. leucotreta, en mandarinas de Israel.
Todo ello ratifica lo que esta asociación ha venido insistiendo: que para evitar el riesgo de entrada de este patógeno de cuarentena, el cold treatment requiere el monitoreo de la temperatura de la parte central de la fruta (de la pulpa) a través de, al menos, tres sondas, y es indispensable que se alcance, en todo el producto, la temperatura programada durante el tiempo de tratamiento especificado; que debe imponerse a las importaciones de todos los países que tienen declarada esta plaga –a Sudáfrica pero también a Israel- y a todos los cítricos que pueden hospedarla, no sólo a la naranja –como decidió la UE- sino también a las mandarinas así como a los pomelos.
En noviembre, en el transcurso de una visita a Valencia de responsables de la CE, el CGC –en representación de Intercitrus- ya expuso y mostró pruebas evidentes de cómo Sudáfrica había evitado cumplir lo publicado en el DOUE en junio de 2022. Efectivamente, las autoridades sudafricanas expidieron certificados fitosanitarios cuyo cumplimiento después no se verificó en destino, en los puertos europeos por parte de los inspectores de los Estados miembro.
El tratamiento de frío realizado no fue tal porque no se ajustó a la normativa internacional a la que se refería el reglamento comunitario y la temperatura exigida no se aplicó sobre la pulpa del fruto, ni se monitorizó con las tres sondas especificadas.
LA CE APLICÓ UN CRITERIO DISTINTO EN EL CASO DE ISRAEL Y CONFIÓ EN UN ‘ENFOQUE DE SISTEMAS’ ALTERNATIVO
Con tal modo de proceder se abarataron los costes de los envíos a la UE, se facilitó la logística de los contenedores pero no se actuó con eficacia contra la plaga. Tal irregularidad ayuda a entender que en octubre, de hecho, se detectara ‘Falsa polilla’ en una partida de naranjas sudafricanas revisadas en un puerto europeo que, como las demás, portaba el citado certificado.
Por razones que escapan al CGC -pese a tratarse del mismo patógeno y pese a lo señalado en un informe expreso por la EFSA (la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria)- la CE aplicó un criterio distinto en el caso de Israel y confió en un ‘enfoque de sistemas’ alternativo para no imponer a sus cítricos el mismo tratamiento de frío que exigía a las naranjas de Sudáfrica (así como a otros países africanos).
El mayor riesgo de transmisión en el caso del país hebreo, dada su producción y exportación abrumadoramente mayoritaria, se daba con las mandarinas. Y así ha sido cómo, en el segundo mes álgido de su campaña de exportaciones a la UE –en febrero y como en años anteriores- se ha hallado la temida plaga en una partida de mandarinas tardías. La importancia de extender aplicación del tratamiento en frío eficaz y ‘real’ a todas las naranjas, mandarinas y los pomelos procedentes de países donde el patógeno esté presente se antoja crucial dados los volúmenes de importaciones de uno y otro país: de enero a diciembre de 2022 Israel fue el tercer mayor proveedor tercero de mandarinas, con exportaciones que ascendieron a 59.875 t. y una cuota sobre el conjunto del 14,8%; en el mismo periodo y para este cítrico, Sudáfrica fue líder por delante de Marruecos, sumó 125.202 t y alcanzó una cuota del 30,9%. Sudáfrica también fue en 2022 el primer proveedor tercero destacado de naranjas, con 383.042 t, una cuota del 43,6% muy por encima del segundo, Egipto (219.928 t).
El CGC reitera, en coincidencia con lo manifestado en su momento por el propio ministro de Agricultura, Luis Planas, que la denuncia presentada por Sudáfrica ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) contra la UE por la aplicación del cold treatment a sus naranjas no tiene recorrido alguno. El país austral, a causa de esta misma plaga y sólo para esta campaña, está obligado a aplicar este tratamiento (uno mucho más duro, de hecho) en sus exportaciones de cítricos a 20 países, incluido EEUU, China, Japón, La India, Korea del Sur…. Contra ninguno de ellos Sudáfrica ha abierto un panel.