COAG en Andalucía lamenta que desde la industria y comercialización del aceite se mantenga permanentemente una falta de empatía con los olivareros y no entiende «cómo se pueden hacer llamamientos alarmistas basados en reducción de márgenes comerciales, cuando el sector productor está vendiendo a pérdidas, y no solo este año, debido a la constante presión a la baja de los precios».

Este año se ha producido una drástica reducción de producción de aceituna, lo que sucede cada cierto tiempo en el cultivo de olivar caracterizado por su vecería, a lo que hay que sumar el aumento del coste de la energía, de los fitosanitarios, abonos y el incremento del coste de recolección, que ha disparado el coste de producción de un kilo de Aceite de Oliva Virgen Extra a 8 euros.

Desde el sector productor no se pide que el aceite de oliva, que además es fuente de salud y base de la dieta mediterránea, alcance ese precio para cubrir los costes, sino que se tenga en cuenta desde las administraciones la situación límite que viven los olivareros.

Ahora, recuerda la organización agraria, el precio sobre pasa en origen los cinco euros en el caso del kilo de virgen extra, pero parece que se ha olvidado que durante años no alcanzaba ni siquiera los 2,50 euros en origen.

Los olivareros no hablan de márgenes comerciales, lo que se plantean es cubrir los costes y sacar adelante sus explotaciones, con las que además se mantiene la población en muchos pueblos de Andalucía. “Los olivareros no sabemos lo que son los márgenes, unas veces por reducción de cosecha y otras porque al haber más la distribución presiona constantemente con precios a la baja”, asegura Juan Luis Ávila, responsable de Olivar en COAG -A.

CREEN QUE «HAY QUE DEJAR FUERA LA ESPECULACIÓN PERMANENTE DE PRECIOS A LA BAJA, QUE GENERAN MÁRGENES MUY ALTOS A LA COMERCIALIZACIÓN

Desde COAG tienden la mano para que se resuelva el problema de la cadena de distribución, ya que se trata de unos problemas que tienen fácil solución, tal y como se viene poniendo encima de la mesa desde hace años por parte del sector productor.

Las grandes oscilaciones de producción, propias del olivar, donde se alternan años de grandes producciones con otras menores o escasas, «no pueden ser utilizadas permanentemente como medida de presión a la baja del precio del aceite» y mucho menos haciendo llamamientos alarmistas.

Por eso, defienden la necesidad de medidas como la aprobada recientemente por el Ministerio de Agricultura, y por la que el sector ha luchado durante años, de la autorregulación, de forma que los años con mayores producciones se pueda reservar aceite para las siguientes, eliminando los llamados dientes de sierra en el precio del aceite.

Pero para que eso funcione creen que «hay que dejar fuera la especulación permanente de precios a la baja, que generan márgenes muy altos a la comercialización, con la exportación anual de más de un millón de toneladas de aceite».

Por eso, esperan que las dificultades de este año «sirvan realmente para que se pongan en marcha las medidas adecuadas que lleve a que, los productores puedan, al menos, cubrir sus costes con un mínimo para vivir y mantener las explotaciones, a que la distribución tenga unos márgenes razonables y el consumidor, al que agradecemos su fidelidad a pesar de las dificultades, pague precios asequibles por un producto que es además fuente de salud». Y eso no pasará si se mantienen los llamamientos alarmistas.

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