Joan Girona i Gomis / Dr. Ingeniero Agrónomo, investigador del IRTA y miembro del Consejo Asesor de ACATCOR
Catalunya está ubicada básicamente en tres cuencas hidrográficas: las Cuencas Interiores de Catalunya (CI) que sería la parte más oriental del territorio, la Cuenca del Ebro (CE) que comprende las tierras regadas por el Ebro y sus afluentes (Segre, Nogales…) y la Cuenca Atlántica (CA) que se ubica el Valle de Aran por donde circula el río Garona.
A pesar de que las dos cuencas más grandes (CI y CE) ocupan una superficie equivalente (alrededor de 1,5 – 1,6 millones de hectáreas cada una), la distribución de la superficie agrícola catalana (830.000 ha) tiene un reparto diferente, el 61% está ubicada a las CE y el 39% a las CI y, si nos centramos en las tierras de regadío (276.000 ha, un 8,6% del territorio catalán), se ubican un 77% en las CE y un 23% a las CI. Por eso, de las tierras de la CE sale el 70% de la producción primaria de Catalunya.
Esta distribución física del territorio sitúa las tierras de la Cuenca del Ebro (CE) como la gran zona productiva de alimentos de Catalunya y, por lo tanto, con una demanda de recursos hídricos considerable.
En este punto del escrito me gustaría resaltar la importancia que tiene el agua en la producción de alimentos, y hacer evidentes dos realidades: «sin agua no hay alimentos» y «la disponibilidad de alimentos va en función del agua que puedan utilizar nuestros cultivos». Para producir alimentos se requiere agua, agua que las plantas absorben del suelo y devuelven al medio (más del 99% del agua utilizada por la planta se devuelve a la atmósfera en forma de vapor de agua) y con la circulación de agua por la planta los cultivos producen los alimentos que necesitamos. Esta relación entre el agua y los alimentos se puede visualizar utilizando el indicador que proporciona la FAO que nos indica que para producir los alimentos que cada persona consume diariamente (en un solo día) se requieren 3500 litros de agua; dicho de otro modo: nuestra huella hídrica para alimentarnos es de 3500 litros/persona y día * 365 días/año = 1.277.500 litros de agua en el año por persona.
Habrá quién lo encuentre un valor exagerado, pero es la realidad mientras seguimos la dieta mediterránea, puesto que si vamos a otros tipos de dietas el volumen de agua necesaria para producir los alimentos puede incrementar.
Con los datos anteriores podríamos calcular el agua que se necesita para alimentar a los 7,75 millones de habitantes que hay en Catalunya. Veremos que sale un volumen de agua muy considerable. A la vez que constatamos que en Catalunya tan solo disponemos del agua necesaria para producir algo menos del 40% de la que se requeriría para producir la totalidad de alimentos necesarios.
En este escenario, la responsabilidad de las Comarcas de las Cuencas del Ebro para producir alimentos es de una relevancia especial, y en la misma dirección la responsabilidad de los gestores del agua para asegurar que el sistema productivo dispondrá de los recursos hídricos necesarios para continuar produciendo esta parte de los alimentos por nuestra sociedad.
Simultáneamente, nos encontramos en una situación de cambio climático que afectará negativamente a las disponibilidades de agua, a la vez que un incremento de población considerable y unos escenarios de estabilidad mundial preocupantes, condiciones que nos obligan a mejorar las capacidades productivas de nuestro sector primario, y aquí el agua y su gestión son elementos esenciales. La Investigación, la Introducción de las Tecnologías Punteras en la gestión del agua y nuevos modelos de gobernanza del agua son imprescindibles, y en este contexto nuestras Comunidades de Regantes juegan un papel esencial, tanto en el mantenimiento de las infraestructuras por la distribución del agua, como para apoyar a los regantes, puesto que muchas de las tecnologías que podrían favorecer los objetivos buscados no son abordables por los productores de forma individual y si por instituciones superiores, como las Comunidades de Regantes.
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