Los agricultores murcianos del Campo de Cartagena esperan con alarma y enorme preocupación las decisiones que este martes 29 pueda tomar el Consejo Nacional del Agua. La más relevante de ellas será el previsible recorte del trasvase Tajo-Segura, que podría verse incrementado paulatinamente en los próximos años. La resolución de este organismo consultivo, controlado por el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico y organizaciones ecologistas de mínima representatividad social, será enviada al Consejo de Ministros para ser aplicada formalmente. Se daría así carta de naturaleza a una corriente de opinión residual y minoritaria que señala a la actividad agraria y ganadera como enemigos y que amenaza el medio de vida rural.
Los productores, representados por la Fundación Ingenio, advierten del impacto negativo para toda la Región de Murcia, pero también para el sur de Alicante y Almería, que son las zonas que se benefician de un trasvase que ha hecho posible que estas comarcas sin agua tengan una actividad económica que les permite vivir de su trabajo y que aporta recursos al resto de España.
“El previsible recorte del trasvase aboca a una liquidación a plazos de la actividad agraria en el Sureste español”, recuerda Natalia Corbalán, directora de la Fundación Ingenio, entidad que defiende los intereses de diez mil productores del Campo de Cartagena. Pero el recorte no sólo amenaza con acabar con el medio de vida de las comarcas más secas del país, sino que “pone en peligro el autoabastecimiento en España de productos hortofrutícolas, un privilegio que hace posible que los mercados y supermercados dispongan de ellos a buen precio y en abundancia”.
Corbalán recuerda que la Región de Murcia, y en concreto el Campo de Cartagena, es la llamada “huerta de Europa”, un territorio que “es modelo en producción sostenible, aprovechamiento e innovación, y que se ajusta a todos y cada uno de los requerimientos de explotación provenientes de la Unión Europea, el Gobierno español y el Gobierno regional”.
Los agricultores murcianos de la Fundación Ingenio reclaman «unidad de acción a todos sus compañeros, a otros sectores productivos y a los representantes políticos, ya que la notable reducción del trasvase acabará a medio plazo con el medio de vida de decenas de miles de familias vinculadas al campo, pero también con el de trabajadores y empresas de otros sectores: maquinaria, semillas y otros productos, seguros, logística, distribución o combustibles».