El anuncio se produce mientras sigue estancada, desde julio del 2008, la Ronda de Doha para liberalizar el comercio mundial, que comenzó en noviembre del 2001, y en medio de una tendencia internacional de favorecer acuerdos regionales y bilaterales, en lugar de avanzar en las negociaciones globales.
También se produce en medio de una renovación en la dirección de la Organización Mundial de Comercio (OMC), que debe elegir al sucesor del francés Pascal Lamy en la dirección de esa organización, en un proceso que culminará a fines de mayo.
"Lo que es más importante es que este acuerdo anunciado entre EEUU y la UE, si bien es un riesgo, es también una gran oportunidad", agregó Blanco.
"Estados Unidos y Europa -añadió- son jugadores mundiales y responsables, y en ese sentido, para ninguno de los dos es bueno que la OMC pierda relevancia (…). En ese sentido, es muy importante para EEUU y Europa que la OMC siga siendo relevante", añadió.
El exministro de Comercio e Industria mexicano es uno de los nueve candidatos que aspiran a suceder a Lamy. A comienzos de abril se reducirá la lista en la primera de tres o cuatro rondas que permitirán definir un aspirante de consenso entre los 159 miembros de la OMC.
Blanco también dijo que el mensaje de Washington y Bruselas es "una llamada de atención de que si no hay flexibilidad en (las negociaciones comerciales de) Ginebra, hay países que se van a quedar fuera de estos acuerdos y que, si hay flexibilidad, hay la posibilidad de que la OMC continúe siendo relevante y competitiva".
El exministro recalcó la necesidad de aplicar flexibilidad para destrabar la Ronda de Doha y que se beneficie del impulso que pueden aportar las comunidades de negocios a sus respectivos gobiernos.
"Cuando uno ve una negociación que lleva doce años y que sigue estancada, es muy obvio que lo que se requiere es flexibilidad (…). Todos deben estar muy interesados en que avance la Ronda, porque es en interés de todos", añadió.
Para ello es preciso que "los sectores de negocios se interesen, participen y den el impulso a sus gobiernos para que se muevan", apuntó.
"Desafortunadamente, después de tantos años de unas negociaciones que no han avanzado, lo que ha sucedido es que las comunidades de negocios de los diferentes países, en lugar de empujar para que avancen las negociaciones en Ginebra, han estado empujando para que se avance en las negociaciones de otros foros", añadió Blanco.
Dura pugna por el cargo
Entre los nueve aspirantes hay otros dos latinoamericanos, el brasileño Roberto Azevedo y la costarricense Anabel González.
"Afortunadamente, los tres candidatos de América Latina han sido muy bien recibidos en el mundo. Habla muy bien de América Latina, un continente que hasta no hace mucho tiempo era un continente cerrado y hoy es un continente que tiene capacidad de poner a tres candidatos para una organización tan importante como la OMC", añadió.
Blanco defendió su candidatura, tanto por su labor pública (fue jefe del equipo mexicano que negoció el Tratado de Libre Comercio de América del Norte -Tlcan-, entre otras funciones) como de su labor en la iniciativa privada.
A ello se une el peso de México en el comercio mundial: "Nuestras exportaciones ya llegaron a los 1.000 millones de dólares por día", agregó Blanco, de 62 años.