La nueva PAC 2023-2027, que entrará en vigor el 1 de enero, supone un importante cambio en las principales ayudas directas de la reglamentación comunitaria y en su trasposición nacional, si bien esta última aún no ha sido publicada, lo que está provocando una grave preocuación en el sector, desde donde se denuncia que los agricultores se juegan las subvenciones de 2023 porque están sembrado bajo normas que no han sido publicadas todavía.

Desde la Alianza UPA-COAG consideran de vital importancia facilitar toda la información a los agricultores y ganaderos, para que tengan la posibilidad de conocer estas novedades, porque si bien se aplicarán a partir del 1 de enero de 2023, las siembras que ya se realizan o programan, están concernidas por esta normativa y su cumplimiento posibilitará el poder acceder, o quedar excluidos, de determinadas ayudas directas que solicitarán a partir de marzo de 2023.

También sufren esta misma anomalía, esto es: abordar la campaña de otoño sin conocer qué normativa rige de cara al acceso a las subvenciones, las prácticas de aprovechamiento o siega en pastos, y las que se pueden llevar a cabo en cultivos leñosos (viñas, frutales).

PIDEN UNA FLEXIBILIZACIÓN DE LAS EXIGENCIAS PORQUE PORQUE MUCHAS NORMAS NO HAN SIDO PUBLICADAS TODAVÍA

Por eso, desde UPA-COAG solicitan al Ministerio y a la Consejería de Agricultura una flexibilización en el cumplimiento de algunos de los compromisos y exigencias establecidas en la nueva ayuda de los eco-regímenes, así como cambios en las exigencias que algunas de las BCAM (Buenas Condiciones Agrarias y Medioambientales) establecen en el borrador del decreto de condicionalidad reforzada.

Pero sobre todo y dada la importancia de las fechas por las siembras de determinados cultivos, y la programación del resto, desde esta Alianza se informa puntualmente en encuentros con los afiliados sobre  la nueva ayuda de los eco-regímenes y las prácticas establecidas para las superficies de cultivos en secano y regadío, para los pastos y para los cultivos permanentes (viñedo o frutales), que posibilitarían el acceso a las distintas ayudas, es la cuestión que mayor interés e inquietud suscita entre los asistentes.

Al respecto de esta nueva línea de ayuda de los eco-regímenes, señalan la especial problemática que se presenta para el cumplimiento de la práctica de rotación de cultivos con especies mejorantes. Es preocupante la exigencia de que al menos un 5% de la superficie total acogida esté ocupada por leguminosas, ya que a fecha de hoy los agricultores ya no encuentran suficiente semilla en el mercado para dar cumplimiento a dicha práctica, y la poca que se oferta lo hace a un precio muy elevado.

También destacan, pues así se evidencia entre el sector de determinadas comarcas, que las prácticas específicas establecidas para los cultivos leñosos (viñedo, almendros, pistachos, etc.), bien mediante cubiertas vegetales espontáneas o sembradas, o bien mediante cubiertas inertes de restos de poda, no se adaptan a la realidad de manejo de las explotaciones en estas zonas productoras, ya que la exigencia de permanencia de dichas cubiertas imposibilita una gestión adecuada de la humedad, y la imposibilidad de tratamientos fitosanitarios podría dar lugar a la expansión de enfermedades como, por ejemplo, la yesca en viñedo.

Igualmente, la Alianza UPA-COAG solicita la modificación del borrador del real decreto sobre condicionalidad reforzada, en lo establecido en la BCAM 6: “En las parcelas agrícolas que se siembren de cultivos herbáceos de invierno, no se labrará el suelo con volteo ni se realizará laboreo vertical, entre la fecha de recolección de la cosecha y el 1 de septiembre”. Dicha limitación dificulta enormemente el manejo de las superficies en la preparación de suelo para la campaña siguiente, al impedir su enterrado y la imposibilidad de llevar a cabo una revalorización de los abonos orgánicos.

Otras dos cuestiones sobre las que los profesionales manifiestan gran inquietud y disconformidad es sobre las prohibiciones de labrar y tratar los barbechos entre el 1 de abril y el 30 de junio, así como la prohibición de distribuir fertilizante en el margen perimetral de 5 metros a los cauces de agua, lo que en la práctica significa perder producción en los terrenos más fértiles. Mucha preocupación en definitiva para unos los agricultores que se juegan las subvenciones de 2023 porque están sembrado bajo normas que no han sido publicadas todavía.

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