El deseo de los jóvenes perceptores de la PAC, ante la entrada en vigor de las nuevas ayudas en 2023 se resume en una menor burocracia y más recursos de apoyo para hacer rentables sus explotaciones.

Los jóvenes agricultores en España están considerados aquellos de menos de 40 años y, según el último informe del Fondo Español de Garantía Agraria (Fega), apenas eran 52.797 perceptores de la PAC en 2020, el 8,7% del total.

A sus 32 años, Eva Marín es una de esos jóvenes que se han abierto camino en el sector tomando las riendas de la explotación que le dejó su padre al jubilarse en la provincia de Toledo.

Marín, responsable de la sección joven de la organización agraria ASAJA, explica a Efegro que la burocracia quita tiempo a todos los agricultores, sin importar la edad, y pide que se reduzca el papeleo de la PAC.

«Sin un organismo que nos ayude a tramitar los expedientes estamos perdidos», apunta la responsable de Asaja Joven, que durante los primeros cinco años como productora de cereal, viñedo y olivar pudo beneficiarse del pago específico para los jóvenes.

La nueva política agraria amplía esas ayudas y contempla subvenciones para quienes practiquen agricultura de precisión, pero Marín reconoce que eso requiere formación y recursos previos.

Aunque en su caso no ha tenido problemas con la cesión de derechos, critica las dificultades de muchos jóvenes para acceder a las tierras o al crédito.

TIEMPO DE SEMBRAR CON DUDAS PORQUE AÚN NO ESTÁ DEFINIDO EL PEPAC

Hace doce años se incorporó a la actividad agraria Marcos Garcés, un joven productor asociado a la organización COAG que empezó a ayudar a su padre en el campo y ahora es su padre quien le ayuda a él.

Actualmente, posee una explotación de secano de cereal, oleaginosas y proteaginosas en Teruel, donde debe seguir haciendo inversiones «a un precio desorbitado» para continuar su negocio en medio de la inestabilidad derivada del cambio climático y la subida de los costes.

«Falta más apoyo a los jóvenes que se incorporan y este siempre se queda corto si luego el sector no es rentable a futuro. Le dedicas muchas horas y la rentabilidad es muy baja, el riesgo es tremendo», afirma Garcés, que está empezando a sembrar en un ambiente de «mucha intranquilidad», entre otros motivos, por la entrada de una PAC que «no sabe cómo será».

El agricultor de UPA Buenaventura González, con cultivos de cereal, viñedo y patatas en Ávila, tiene 29 años de edad, lo suficiente para darse cuenta de la «complejidad» de la política agraria, por lo que reclama una menor burocracia.

«Se aproxima la fecha de siembra y no sabemos qué hacer porque hay muchas materias que no están totalmente fijadas» en los decretos que se están tramitando para la aplicación de la nueva PAC, asegura González.

Resalta que ahora es el momento de acudir a las oficinas para preguntar qué cultivos se pueden sembrar y evitar sustos cuando haya que hacer la declaración de la PAC, que solía representar una cuarta parte de sus ingresos, si bien este año, con el aumento de los costes, ese porcentaje puede reducirse al 15%.

Sobre las nuevas ayudas ligadas a prácticas medioambientales, los llamados ecorregímenes, González critica que haya que dejar una parte de los cultivos leñosos sin podar para fomentar la biodiversidad, porque «siempre se han hecho labores en los cultivos y ha habido pájaros», una muestra del cuidado que hacen del medio ambiente.

REPARTO DE AYUDAS

En 2020, los productores menores de 40 años cobraron 526,6 millones de euros en ayudas directas (el 14,8% de los fondos repartidos bajo ese concepto), así como 213,2 millones de euros en desarrollo rural (el 31,6%).

Fuentes del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación atribuyen el mayor porcentaje de jóvenes perceptores de ayudas de desarrollo rural (en 2020 fueron 24.727 personas, el 16,11%) a la existencia de una línea de apoyo denominada «Programas de incorporación de jóvenes».

Se trata de una de las líneas con más peso económico en los programas de desarrollo rural, ya que todas las comunidades autónomas dedican una parte importante de su presupuesto para potenciar el relevo generacional, según las fuentes, buscando una menor burocracia para facilitar su incorporación.

Además, la mayoría de los jóvenes que reciben apoyo en esos programas para la primera incorporación reciben a la vez ayudas directas a través de la reserva nacional de derechos de pago básico.

(Texto: Belén Delgado / Efeagro)

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