Con la finalidad de conocer mejor qué se puede mejorar en la industria del mango, uno de los investigadores más prestigiosos a nivel mundial, el consultor internacional del mango y uno de los mayores expertos de este cultivo, el Dr. Víctor Galán Sauco, ha realizado unas consideraciones y reflexiones agronómicas.
Preguntado por los retos y desafíos agronómicos a los que se enfrenta la industrial del mango, comenta que “el principal problema es, sin duda, lograr una mayor productividad de las plantaciones de mango. El rendimiento del mango en los principales países productores apenas supera las 10 t/ha, en torno a 15- 20t/ha en Brasil, mientras que el rendimiento promedio en Israel es del orden de 30 t/ha, existiendo plantaciones en las que se superan las 50 t/ha, lo que da idea de que con buenas prácticas culturales y una adecuada selección de cultivares puede obtenerse una elevada rentabilidad. Por ello, a primera vista, podría deducirse que no es necesaria una gran labor de investigación en este cultivo. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Los elevados rendimientos de esta especie en Israel son consecuencia, claro está, de los notables esfuerzos de investigación realizados para la adaptación del mango a climas subtropicales, tanto en la selección de patrones y cultivares como en el control de la floración y técnicas de cultivo siendo preciso aún una enorme labor de investigación para elevar los rendimientos del cultivo del mango a nivel mundial”.
NUTRICIÓN Y FERTILIZACIÓN
En lo que respecta a la nutrición y fertilización del mango, el Dr. Víctor Galán apunta en sus consideraciones y reflexiones agronómicas que “existe información suficiente sobre nutrición y fertilización del mango. Concretamente, el National Mango Board me encargó hace años un trabajo exhaustivo sobre este tema que está disponible para cualquier empresa o agricultor de mango en Latinoamérica. El problema es que hay muchos pequeños agricultores que no aplican estos conocimientos de forma adecuada. En el campo de la investigación habría que avanzar hacia el desarrollo de normas de abonado foliar específicas para cada cultivar”.
En lo concerniente a mejoras agronómicas en la industria del mango, este experto señala que “hay también información suficiente en la página web del National Mango Board, sobre técnicas de plantación, propagación, poda, y otras técnicas de cultivo, pero, sin duda, la gran asignatura pendiente en el caso del mango es el estudio de patrones y relaciones patrón-injerto pues sorprende en gran manera la relativamente escasa información existente acerca del comportamiento de distintos cultivares sobre diferentes patrones y ello pese al notable impacto que estos tienen no solo sobre el rendimiento, la tolerancia a salinidad, la absorción de nutrientes, el crecimiento y desarrollo y la calidad del fruto”.
“Tal vez lo más importante en estos momentos sería continuar con la labor que está desarrollando el National Mango Board, a través de aumentar el número de talleres de extensión que realiza en países como Perú, Ecuador, México, Brasil y Haití extendiéndolos a otros países productores que exportan mangos a Estados Unidos como Colombia, Jamaica o la República Dominicana”, subraya el Dr. Galán.
GESTIÓN HIDRICA
En lo concerniente a la gestión hídrica de este cultivo, el Dr. Víctor Galán puntualiza en sus consideraciones y reflexiones agronómicas que “un adecuado manejo del riego es de vital importancia tanto para aumentar el rendimiento como la calidad del fruto. El problema es que muchas plantaciones de mango en Latinoamérica no tienen garantizado un adecuado suministro de agua y muchas aún utilizan sistemas de riego a que no son los idóneos para el mango que debe ser regado por sistemas de riego localizado como microaspersión o goteo que permitan además de garantizar el suministro de agua a la planta en el momento adecuado la aportación simultánea de nutrientes disueltos en el agua de riego”.
Además, añade también que “la incidencia de períodos de déficit hídrico es beneficiosa para el mango en algunos momentos de su ciclo fenológico. Así, en las regiones tropicales el estrés hídrico favorece la maduración de los brotes que es el principal factor en los trópicos donde no hay bajas temperaturas nocturnas para la inducción floral e incluso refuerza, cuando se produce en invierno la intensidad y sincronía de la floración en zonas subtropicales. Hay todavía un escaso conocimiento científico sobre la influencia de un déficit de riego en diferentes momentos del ciclo fenológico y su consecuencia sobre la producción y la calidad del fruto, aunque se conoce que el periodo fenológico de postcosecha es el más sensible al estrés hídrico y el de mayor impacto sobre la producción cuantitativa y cualitativa. Debe pues concentrarse esfuerzos de investigación en este tema”.