Las medidas, que se desarrollarán durante esta década, optimizarán de forma sostenible un recurso renovable propio de Navarra, según Esparza, quien ha subrayado que este proyecto genera empleo y actividad económica en la Comunidad foral, se lleva a cabo en los montes propios, que al mismo tiempo se cuidan, y conlleva un ahorro energético.
El consejero ha incidido en el compromiso del Ejecutivo con esta iniciativa con la que, en términos energéticos, se prevé incrementar la cuota de la biomasa en el consumo final de energía, pasando del 3,9 % de 2010 al 5 % en 2020, es decir, un 28%.
Entre los objetivos que se ha marcado el Ejecutivo foral figura el de incrementar la movilización de madera cerca de un 40%, pasando de 400.000 a 560.000 toneladas y elevar el porcentaje de superficie forestal certificada hasta un 75% (ahora es 52%).
Para incrementar el consumo de biomasa forestal se priorizará el uso de la misma tanto en las nuevas instalaciones térmicas de los edificios públicos como en las reformas, asimismo se impulsarán proyectos singulares para la implantación de calefacciones de distrito, tanto en nuevos desarrollos como en renovación.
Con el fin de contribuir al impulso de la demanda y reducir su factura energética, el Gobierno ha acordado priorizar el uso de la biomasa en la renovación de instalaciones térmicas de sus edificios, mediante contratos de servicios energéticos, lo que permitirá que estas instalaciones se autofinancien por los superiores rendimientos en comparación con la instalación sustituida, además de por el menor precio del combustible.
Además el Ejecutivo apuesta por la cooperación entre empresas, centros y universidades para el fomento del I+D+i, programas de formación y de sensibilización social.
Esparza se ha mostrado optimista respecto a la acogida que esta iniciativa puede tener entre las entidades locales y particulares propietarios de montes, así como entre las empresas y ciudadanos, a los que ha animado a cambiar a este tipo de combustible.
El consejero, quien ha apuntado que hay un sector que quiere invertir en este sector, ha resaltado, respecto al empleo, que se generará en zonas rurales, así como que no se precisa mano de obra cualificada, aunque sí una formación específica.
La Comunidad Foral cuenta con 501 instalaciones de biomasa para la generación de calor (calefacción y agua caliente), 441 de ellas instaladas en viviendas y 60 más en empresas, instalaciones hoteleras y entidades locales. La potencia térmica instalada por toda la geografía navarra se acerca a los 40.000 kilovatios.
Existen instalaciones de biomasa para uso térmico en el Parque Natural de Bertiz, en el Ayuntamiento de Ultzama y en comunidades de vecinos de Pamplona (una comunidad en la avenida de Bayona) y Tudela (barrio de Lourdes), entre otros, que están ofreciendo datos de ahorro de hasta un 67 % con respecto a otras fuentes de energía utilizadas anteriormente (derivados del petróleo).
Navarra cuenta también con empresas pioneras en el uso de la biomasa para la producción eléctrica, con dos ejemplos destacables en la ciudad de Sangüesa, con una instalación de 25 megavatios en la mercantil Acciona Energía y otra de 33 megavatios en la Papelera Smurfit, según los datos aportados por el Ejecutivo.