Asaja Córdoba ha informado de que el mes de junio registró el récord de salidas de aceite de oliva de la serie histórica para un mes de junio, situándose en 155.130 toneladas, situándose las salidas acumuladas en 1.261.170 toneladas. Vuelve a ser el dato mensual más alto de la serie histórica para un mes de junio, como ya ocurrió en los meses pasados de abril y mayo de esta campaña. Pese a este gran dato, advierten de que hay preocupación máxima ante la próxima cosecha por culpa del calor.
Asimismo, la producción acumulada a fecha de 30 de junio fue, según los datos de la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA), de 1.487.391 toneladas.
También, el ritmo de comercialización durante estos nueve meses de campaña se sitúa en 140.130 toneladas mensuales y las existencias totales se reducen a 810.710 toneladas, 138.880 menos que a finales de mayo, de las que 512.103 están en almazaras; 274.848 en envasadoras y 23.773 en el Patrimonio Comunal Olivarero.
En cuanto a la provincia de Córdoba, las salidas durante toda la campaña se sitúan en 256.750 toneladas, con una producción de 299.554 toneladas y unas existencias finales de 99.847 toneladas.
Con este ritmo de salidas y estando a apenas tres meses para el comienzo de la nueva campaña de recolección, se prevé que el enlace de campaña sea corto y esto favorezca los precios en origen.
PREOCUPACIÓN ANTE LA PRÓXIMA COSECHA POR CULPA DEL CALOR
En cuanto a la previsión de cosecha para la campaña 2022-2023, aunque aún es prematuro avanzar una estimación, existe preocupación en el sector por los efectos de la sequía que estamos padeciendo y por las olas de calor.
La sequía ha hecho que los árboles de secano no se encuentren en un buen estado vegetativo, y que los olivares de riego no hayan recibido el agua necesaria. Por culpa del calor, especialmente a finales de mayo, se afectó mucho la “trama” (flor del olivo) en muchas zona, lo cual provocará sin duda una importante disminución de cosecha a los olivares afectados. A esto hay que añadir la brutal subida de costes de producción (gasoil, luz, abonos, mano de obra, fitosanitarios, …), que reducirá notablemente la rentabilidad de las explotaciones.
Por todo ello, la sequía, las olas de calor, y las salidas al mercado que se están produciendo, se va confirmando que el consumo mundial estará por encima de la producción, lo cual se está viendo y debe verse reflejado de forma positiva en los precios.