Sobre el Jerez, es "muy conocido" pero su consumo está "muy restringido por su elevado precio y su escasísima distribución".
La oferta de vinos españoles presentes en Rusia es "bastante amplia y variada" e incluye desde envasados en tetra-brick hasta grandes vinos de hasta 400 euros la botella, relata.
Por lo general, el vino español tiene una buena imagen en Rusia y es percibido como un producto de gran calidad tanto por los críticos, importadores, restauradores y sumilleres como por los consumidores de poder adquisitivo y educación superior.
España exportó a la Federación Rusa vino por valor de 34,5 millones de euros en 2012, de los cuales el 43 % corresponde a producto embotellado y el 52,5 % fueron graneles.
Los principales competidores del producto español de calidad son Francia, Italia y destinos del "nuevo mundo", principalmente Chile y Argentina, aunque aparecen con fuerza los vinos de Sudáfrica ("Simonsig") y Australia ("Yellow Tail").
Las exportaciones españolas de los vinos a granel y envases superiores a 2 litros cayeron un 61,7% en 2012 pero las ventas en botellas tuvieron por contra un crecimiento del 10,6%.
El precio medio (por litro) del vino español con Denominación de Origen es de 1,4 euros, frente al 2,19 de Italia o 2,22 de Francia.
En lo que respecta a los vinos franceses, la tradición y la imagen de "glamour", lujo y refinamiento con la que los rusos asocian a Francia, les hace ocupar el segmento "premium".
Los expertos de la Oficina Comercial subrayan que el vino español no tiene un mal posicionamiento en Rusia, es conocido entre los importadores y asociado con buena relación precio-calidad.
Como factor positivo, destacan que el interés del mercado hacia los vinos de calidad está aumentando, lo mismo que el conocimiento de variedades y vinos antes desconocidos (verdejo o albariño).
El segmento de vinos de mesa en Rusia seguirá presentando interesantes oportunidades para las empresas españolas que, gracias a su calidad notable y a unos precios muy ajustados, "son los únicos de Europa occidental que hoy en día pueden competir en precio pero con mejor calidad que los vinos búlgaros, rumanos o moldavos".
Puntualizan que el mercado del vino en Rusia no es "tan prometedor como el chino", pero crecerá un 18% hasta 2016.
Para este 2013, las previsiones de demanda de vinos de calidad "son optimistas" ante la buena situación económica en el país, a la estabilidad del euro y el rublo y a "la tranquilidad en el panorama legislativo", aunque el aumento de los precios en Francia, Italia y España "quizás tenga algún efecto negativo" sobre las importaciones.
Entre los aspectos del mercado ruso a tener en cuenta, los expertos han apuntado su enorme burocracia, que las autoridades exigen rigor en las informaciones sobre porcentajes de alcohol y que está prohibido incluir junto a las botellas folletos o artículos promocionales como sacacorchos al considerarse "contrabando".
Como datos llamativos, en las ventas de un supermercado normal en la Federación Rusa, las bebidas alcohólicas suponen entre el 20 y el 30 % de la recaudación final del día y particularmente las ventas de vino representan no menos del 2%.
Los márgenes comerciales varían así desde el 45% que aplica la cadena de supermercados Perekryostok, hasta el 17% en Metro, si bien el promedio en las tiendas está en torno al 20%, mientras que los restaurante aplican entre un 300% y el 500%.
Moscú representa el 60% del consumo de vino importado en Rusia y los clientes con alto poder adquisitivo beben productos de gama alta procedentes de Europa occidental, Chile, Australia, EEUU o Argentina mientras que las clases medias y medias-bajas adquieren caldos más baratos rusos, españoles de mesa o ucranianos.