Los propietarios forestales de España, unidos en la Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España celebran este año el Día Mundial del Medio Ambiente bajo el lema “Gestores de bosques, aliados de la tierra” para explicar la necesidad de gestionar el bosque como única salida al abandono, el principal problema forestal de nuestro país. Gestionar significa mantener, tratar las plagas, clarear el monte, preservar especies, cuidar la biodiversidad, proteger de los incendios, restaurar, plantar…
Pero sin un aprovechamiento de sus recursos es imposible sufragar los gastos derivados de este trabajo, donde las subvenciones no son suficientes. Se calcula que, por cada euro recibido como subvención, los selvicultores o propietarios forestales gastan tres en el cuidado de su monte.
Las palabras del presidente de COSE Francisco Carreño lo resume muy bien. “Nuestra misión es cuidar de la biodiversidad, hacer una gestión de los montes sostenible y económicamente rentable logrando que nuestros bosques sobrevivan en las mejores condiciones posibles al cambio climático”.
La superficie forestal de titularidad privada -más de 20,1 millones de ha, el 73% del total nacional- se reparte en España entre más de 4 millones de propietarios de montes, los cuales sostienen la mayor parte de la actividad forestal y de la generación de recursos estratégicos para la sociedad y para la industria forestal.
Se encuentra distribuida en unidades de explotación de muy pequeño tamaño, la mayoría procedente de herencia, que no tienen en la actualidad posibilidad de obtener rentabilidad económica y que, según la legislación tributaria, sus titulares tienen la consideración de empresarios.
Muchos son los principales problemas para los propietarios privados de los montes: el abandono, el minifundio, la falta de recursos económicos para poder mantener sus montes, la escasa rentabilidad de la gestión forestal, la falta de políticas específicas de fomento de los montes y los devastadores efectos del cambio climático.
Las principales soluciones: el asociacionismo, las agrupaciones y planes de gestión conjuntos, aumento de ayudas públicas, beneficios económicos a cambio de los beneficios ambientales que genera el monte, (los bosques españoles fijan 94,07 Mill. teqCO2 a razón de 5,06 teqCO2/ hectárea por año, del que los propietarios forestales son los responsables del 67% del CO2 absorbido por las masas forestales) o una fiscalidad específica para el sector, junto con la puesta en valor de la cadena forestal de productos de origen sostenible. Por tanto, la existencia de una alta actividad económica asociada al aprovechamiento y utilización de los recursos forestales es lo que permitirá zonas vivas haciendo viable su desarrollo y convirtiendo a sus selvicultores en los principales valedores del territorio.
EL APROVECHAMIENTO FORESTAL
La madera sigue siendo el principal aprovechamiento forestal en España. Se considera que el 3% es el umbral de rentabilidad económica que podría hacer mínimamente viable una determinada explotación forestal, si se tienen en cuenta los largos turnos de corta durante los cuales no es posible recuperar la inversión (habitualmente por encima de los 30 años), y las múltiples incertidumbres vinculadas con la actividad forestal.
Pero esta rentabilidad no se consigue en la mayor parte de los montes españoles si exceptuamos los enclaves de especies de crecimiento rápido, choperas y eucaliptales, del noroeste. Esta disparidad de resultados está fomentando que, en las últimas décadas, se abandone la gestión de muchos montes. En este sentido, las asociaciones forestales intentan mitigar los problemas más serios para la supervivencia de nuestro patrimonio forestal.