Hay ganas e ilusión por la vuelta a la normalidad de la Semana Santa, según explican a Efeagro desde las floristerías Los Claveles (Sevilla), Rebeca Floristas (Valladolid) y Oasis (Cartagena), cuyos equipos trabajan sin pausa para decorar iglesias, pasos y tronos, después de dos años sin celebraciones por culpa de la pandemia.
El negocio de la flor cortada ha sido uno de los más damnificados desde el inicio de la crisis de la covid-19 por la cancelación de festejos, el cierre de floristerías en los días más duros de confinamiento y porque el producto, por falta de salida, terminó como alimento para el ganado o, sencillamente, en la basura.
Eso hizo que los floricultores de Chipiona y de otros municipios de la costa noroeste de Cádiz, tras perder las inversiones de años anteriores, hayan decidido ser más prudentes y plantar menos esta campaña, aunque suficiente para servir flores para adornar iglesias y procesiones, que también se engalanan con otras procedentes de Ecuador y Colombia.
«El último revés lo tuvimos el pasado mes de marzo, con el inicio de la guerra en Ucrania, que hizo bajar los precios de la flor en las subastas de Holanda, al perderse el importante mercado de envíos a Rusia», apunta a Efeagro desde Chipiona el responsable de Asaflor, Fermín Blanco.
La Semana Santa 2022 promete ser el regreso a la normalidad, ya sin problemas con los fletes de los envíos internacionales desde Sudamérica, una oferta nacional suficiente y un «repunte muy importante de ventas», en opinión del director comercial de la mayorista Verdnatura, Francisco de Asís.
Como ejemplo, De Asís detalla a Efeagro que este año la demanda de confecciones de palma de Elche (Alicante) para el Domingo de Ramos les ha «desbordado»: «Hemos vendido 15.000 unidades y si hubiéramos tenido otras 15.000, no nos habrían sobrado».
SIMBOLISMO, TRADICIÓN Y ARTE
La innovación floral queda en un segundo plano en Semana Santa, ya que las hermandades y cofradías suelen repetir todos los años sus pedidos para adornar templos, y jarras y montes de los pasos, en los que predominan los tonos rojos y morados para simbolizar el sufrimiento o los blancos para transmitir la idea de pureza de las figuras.
En Valladolid, Rebeca Floristas ultima los arreglos florales de más del 90 % de los pasos de Semana Santa de la ciudad, de los que resalta las «maravillosas tallas», que adornan desde hace 38 años con rosas, claveles, lirios, anthuriums, calas, flores silvestres y orquídeas, cultivadas en España, Ecuador, Colombia o Singapur.
«Ya hemos servido a las iglesias para los actos litúrgicos. Ahora preparamos los pasos, que cada uno lleva su flor, y en los que, a diferencia de lo que ocurre en otras ciudades, prima la imaginería, por lo que los arreglos nunca ocultan la belleza de la talla», detalla su gerente, Leopoldo Adiego.
La actual propietaria de la floristería Los Claveles, María del Carmen Ruiz, subraya que la Semana Santa de Sevilla es «la más tradicional a la hora de elegir flor, no se puede cambiar nada», y en muchos de ellos los arreglos son «sobrios, para que se vea bien la orfebrería».
En sus instalaciones confeccionan los motivos florales que luego lucirán los pasos del Silencio, en los que un monte puede contar con más de 4.000 tallos de iris morado, después de un minucioso trabajo, y los palios se adornan con flores de azahar de fincas de naranjos propiedad de algunos de los integrantes de la Hermandad.
En Cartagena, según el propietario de Floristería Oasis, Juan de Dios Sánchez, hay pasos que llegan a incluir 1.100 docenas de claveles.
Afirma que «los tronos de aquí son los más floridos de toda España», tras recordar que las imágenes son obras de arte de Salzillo, Benlluire o Capuz.
Su tienda suministra y diseña las flores para procesiones tanto de marrajos como de californios con rosas, orquídeas, hortensias y flores silvestres de diferentes tipos, y este año con gran presencia de producto del municipio murciano de Cehegín.
(Texto: Angélica Quintana / Efeagro)