¿Qué datos hay que tener en cuenta a la hora de prevenir la llegada de un episodio de heladas primaverales? La importancia de los datos en tiempo real y su precisión para prevenir el riesgo de heladas en primavera
Desde un punto de vista agrícola, no se puede considerar como helada la ocurrencia de una determinada temperatura, ya que existen vegetales que sufren las consecuencias de las bajas temperaturas sin que ésta llegue a cero grados. Sin embargo, en función del origen de la helada, se pueden catalogar de diferentes formas.
En primer lugar, las heladas de advección se caracterizan por la llegada de una masa de aire frío cuya temperatura es inferior a 0ºC. El viento es un parámetro importante en este tipo de heladas ya que no se caracterizan por una inversión térmica (es decir, la temperatura disminuye a medida que aumenta la altitud), suele situarse por encima de los 15km/h.
Por el contrario, las heladas de radiación se producen por una estratificación del aire en donde las capas más bajas son más frías y las capas más altas son más cálidas (inversión térmica). Esto es debido a la pérdida de calor terrestre por irradiación durante la noche. Este tipo de heladas se produce en condiciones de viento calmo o escaso, ya que la ausencia de viento impide mezclar estas capas, y además, con cielo despejado que permite una mayor pérdida de calor desde la superficie terrestre. La pérdida de calor es mayor cuando las noches comienzan a ser más largas y el contenido de humedad del aire es menor. Las zonas de acumulación de humedad y los suelos cubiertos favorecen este tipo de heladas. Sin embargo, la cubierta puede actuar como aislante evitando la pérdida de calor del suelo si está controlada.
Por último tendríamos las heladas de evaporación. Provocadas por la pérdida de agua por evaporación desde la superficie de la planta. Ocurre cuando la humedad relativa disminuye y el rocío se evapora. Ese traspaso de energía para evaporar el agua requiere calor lo que conlleva al enfriamiento de la planta.
Este tipo de heladas pueden clasificarse en dos categorías si nos basamos en los efectos visuales; en primer lugar, las heladas blancas. Se producen cuando se observa formación de hielo sobre las plantas. Este tipo de heladas se produce con masas de aire húmedo, viento tranquilo y cielos despejados. Y las heladas negras, donde no se forma hielo. Adquieren ese nombre por el color que los órganos vegetales pueden tener debido a su destrucción por el frío. Este tipo de heladas se produce cuando la masa de aire es seca. El cielo cubierto o semicubierto o la turbulencia en capas bajas de la atmósfera favorece la formación de este tipo de heladas.
CONCRETAMENTE, ¿CÓMO PUEDO PREVENIR LAS HELADAS PRIMAVERALES?
El seguimiento de cada uno de los parámetros citados de forma local, a escala de la parcela, de forma precisa y continua es esencial para proteger los cultivos equipados con algún tipo de sistema de lucha.
El control de la temperatura húmeda permite anticipar la temperatura mínima que se puede alcanzar en las próximas horas para así actuar en el momento adecuado.
Por eso en Sencrop ya integran un sensor de heladas en sus estaciones meteorológicas conectadas. Gracias a él, el agricultor puede observar en tiempo real la evolución de la temperatura, seca y húmeda, y así crear alertas para poder ser notificado al pasar por debajo de un umbral definido. De este modo, la prevención es temprana y permite una mejor organización. Además, los históricos por mapas permiten un análisis posterior de las zonas afectadas en función de la duración y la intensidad de las últimas heladas.
Y para más informaciones: 642 33 13 90