Para estas estimaciones, según el informe de "Fertilizers Europe", se han tenido en cuenta tanto los cambios previstos en el escenario de la futura Política Agraria Común (PAC) como los relacionados con la situación económica y que tendrán impacto en el sector primario.
En este sentido, destaca que en los próximos diez años la PAC tendrá un enfoque más dirigido al mercado, en un escenario general que hará más hincapié en la protección del medio ambiente.
Así, se prevé una estabilización en el área cultivada de cereales (ligera bajada del 0,6% en los próximos diez años), pero un incremento en el rendimiento (8 %), lo que provocará una mayor demanda del consumo de nutrientes de nitrógeno (N), fosfato (P) y potasio (K).
Este aumento del consumo de N+P+K rondará el 8% para cereales; porcentaje similar que se prevé para oleaginosas, en el que se estima un crecimiento del 11%.
Para cultivos forrajeros solo se prevé una subida del 1 %, debido al impacto que tendrá en estos cultivos la posible abolición de las cuotas lácteas, mientras que para pastos calculan una reducción del 4 % en el uso de fertilizantes.
Aclara, en referencia al área fertilizada, que equivale a 134 millones de hectáreas en la UE-27, que el 68% se corresponde a cultivos arables (cereales, 42%; oleaginosas, 9%; y forrajes, 10%), el 8 % a cultivos permanentes y el 23% a pastos.
Así, el sector cerealístico (incluye también a las oleaginosas) consume el 60 % del total de nutrientes para la tierra (de los que el 25% es para el trigo), mientras que pastos y forrajes consumen el 23%.