El sector de gran consumo descarta la posibilidad de que haya problemas en el suministro de alimentos y bebidas de cara a Navidad, pero ya augura una subida de precios vinculada al aumento de costes por el encarecimiento de las materias primas, del transporte marítimo y de la energía. Sin embargo, en ningún momento se habla de un aumento de los precios a los productores, que son los que llevan meses criticando que no cubren costes con los precios que se pagan en el campo.
Así lo señala en una entrevista con Efeagro el presidente de la Asociación de Empresas de Gran Consumo (Aecoc), Ignacio González, quien lanza un «mensaje de tranquilidad» y garantiza que no habrá desabastecimiento frente a las dificultades que sí se están produciendo para transportar algunos artículos muy demandados en final de año.
«No tendremos problemas, no habrá problemas de suministro de alimentos y bebidas como tampoco pasó nada durante la pandemia gracias a que contamos con una cadena de suministro robusta», apunta González, quien este miércoles 20 participa en el congreso anual que organiza Aecoc y que pretende reunir a más de 800 directivos presencialmente en Barcelona.
El también consejero delegado de Nueva Pescanova explica que imágenes de estanterías vacías como las que se dan en los supermercados de Reino Unido están más relacionadas con el Brexit que con otras cuestiones.
«Los indicadores nos muestran que ni la subida del precio de las materias primas ni el incremento de los fletes -el coste de los contenedores que se envían por vía marítima- son temas que se resuelvan a corto plazo. Han llegado para quedarse, al menos un tiempo», advierte.
A estos factores se suma el precio de la electricidad en España, que se ha disparado durante los últimos meses, lo que «mete presión a la inflación», lo que augura una subida de precios para el consumidor.
«Es una factura muy difícil de absorber, las empresas hacen esfuerzos para no traspasar esa subida a los consumidores, pero ya el dato de inflación de septiembre te dice que ese coste extra se está trasladando al consumidor, que tampoco está tan boyante económicamente hablando como para absorberlo», argumenta.
Aunque el coste de la energía afecta en mayor medida a las compañías más intensivas en consumo de electricidad, las empresas del sector de gran consumo -fabricantes, distribuidores y hosteleros- también sufren su impacto.
«Parar nuestra actividad no, pero todos estamos viendo cómo se incrementan nuestros costes. Es el motivo de tensión más importante que ahora mismo tiene el sector», apunta González.
OPTIMISTAS A CORTO, CAUTOS A MEDIO Y LARGO PLAZO
Las previsiones del sector apuntan a unas buenas Navidades, a imagen y semejanza de lo vivido en agosto y septiembre: «A corto plazo, como hay mucho ahorro acumulado, somos moderadamente optimistas siempre que la situación sanitaria no empeore».
Sin embargo, las empresas de Aecoc -integrada por 30.000 socios, entre ellos Mercadona, Inditex, Coca-Cola o El Corte Inglés y con un peso conjunto del 20% del PIB- ya anticipan un escenario económico más complicado del que dibuja el Gobierno, sobre todo si eleva la carga fiscal. Por eso, augura una subida de precios.
«Tememos que suban los impuestos, y no es el momento. Si los aumentas, bajas la productividad, perjudicas la competitividad de las empresas y retrasas la recuperación», razona González.
En su opinión, lo mismo ocurre con la reforma laboral todavía en negociación: «Nadie se puede oponer a que suba el salario mínimo, pero si no viene junto a una mejora de la productividad… Necesitamos flexibilidad para acompañar el rebote económico, si no se hace de forma adecuada y aumentan los costes, supondrá otro impedimento».
De hecho, el presidente de la patronal también advierte de que determinados aumentos de impuestos pueden «mermar la confianza» de un consumidor que ya está pagando más debido al repunte de la inflación.
Bajo el lema «Estar, estar y estar», el congreso de Aecoc de este año pretende reivindicar ante las administraciones públicas que el sector de gran consumo «no cuenta con una cuota de voz similar a su peso en el PIB» pese a generar 4,5 millones de empleos directos y ser clave en la llamada España vaciada.