La representante precisó que se estaban realizando análisis genéticos para verificar que se cumple esa regla.
El escándalo saltó inicialmente en el Reino Unido -donde el consumo de carne de caballo está muy mal visto- pero ha tenido múltiples desarrollos en diversos países europeos, y en Francia el Gobierno está dirigiendo una investigación a través de sus servicios antifraude, mientras varias empresas implicadas han anunciado denuncias por considerarse víctimas del fraude.
El ministro francés de Consumo explicó que la carne de caballo fue comprada a un matadero por el grupo francés Spanghero, que para ello pasó por un tratante de Chipre, que a su vez subcontrató la operación a otro negociante basado en Holanda.
Spanghero, que asegura haber encargado carne de vacuno, y no de caballo, no la elaboró directamente, sino que la adquirió para Comigel, que en su fábrica Tavola de Luxemburgo la convirtió en lasañas y otros platos preparados.